Nicaragua: Daniel Ortega rechaza adelantar elecciones y dialogar con la oposición
El presidente nicaragüense descartó que pueda sentarse a conversar con los sectores opositores y propuso elecciones para 2021.
El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, descartó este viernes que vaya a adelantar las elecciones nacionales y las propone más bien para 2021. Asimismo, dijo que no cree que pueda sentarse a la mesa de diálogo con la oposición aunque el país está sumergido en una profunda crisis económica y social.
Según dijo, «el único diálogo que tiene cabida en las actuales circunstancias» es con gremios de campesinos, obreros y productivos que estén «dispuestos a trabajar» para sacar adelante el país. Nicaragua celebró este viernes el 40 aniversario de la Revolución de 1979.
La respuesta negativa de Ortega es una respuesta a un nuevo llamado de la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia (ACJD), quienes pidieron nuevas conversaciones al gobierno y exigen encontrar una salida pronta y efectiva a la crisis.
En el acto el presidente criticó las sanciones impuestas por Estados Unidos. «No podemos admitir sanciones (…) ningún Estado puede sancionar a otro, el que lo hace está cometiendo un delito de orden internacional», espetó.
Sin elecciones anticipadas
El mandatario de 73 años desestimó que fuera a adelantar las elecciones nacionales y las anunció más bien para el año 2021. Su partido, aseveró, «está listo para ganar las elecciones» y propuso hacer reformas y ajustes a a Ley Electoral en apego a la Constitución «para que nadie diga que le robamos las elecciones».
El país centroamericano de 6.2 millones de habitantes está sumergida en una profunda crisis política y económica desde abril de 2018 cuando estallaron en todos los departamentos grandes protestas rechazando una reforma de la seguridad social y las jubilaciones.
Estas huelgas derivaron en la presión de la sociedad para que la renuncia de la pareja presidencial, Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo, que es a su vez vicepresidenta.
Los organismos de derechos humanos han contabilizado más de 300 muertos, 2.000 heridos y 62.500 exiliados.
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