Aporofobia: Hombres incendian a indigentes en Argentina, se filman y lo difunden en internet

En los últimos días trascendió en medios argentinos un video que fue filmado semanas atrás, pero que no es sino hasta que trascendió en la prensa que se viralizó causando el enojo y la indignación generalizado en redes sociales.

Se trata de un video en el que se ve a unos hombres que llegan en un vehículo marca Volkswagen -según cámaras de seguridad de la zona- los cuales rociaron con un líquido combustible y posteriormente les prendieron fuego en medio de insultos e improperios.

La aporofobia (del griego άπορος (á-poros), sin recursos, indigente, pobre; y φόβος, (fobos), miedo)1​ se refiere al miedo y rechazo hacia la pobreza y hacia las personas pobres.

«Pedazo de rastrero, la concha de tu hermana, gil», dijo uno de los atacantes en un video que dura menos de 30 segundos y que fue filmado por ellos mismos y distribuido en redes sociales.

De acuerdo a las autoridades, otra persona en situación de calle y que estaba en el momento del crimen aseguró que uno de los afectados pudo desplazarse por su cuenta hasta un hospital cercano para pedir ayuda. De la otra víctima se desconoce su paradero.

Violencia recurrente

Para los residentes de la zona de Lomas del MIrador, ubicada cerca de la avenida General Paz, en Buenos Aires, este ataque sea posiblemente una venganza, como ya ha pasado en otras ocasiones.

«Hace algún tiempo a un indigente que todavía está por el barrio le quemaron una pierna. Era un hombre que se dedicaba a limpiar vidrios y había robado a varios por la zona. A él se lo hicieron por venganza y por lo que vi de este nuevo ataque, me parece que es lo mismo», declaró a Infobae el dueño de un kiosko aledaño al ataque cuyo nombre no brindó.

Para otros vecinos, como el dueño de un taller mecánico de la localidad, este tipo de accionares son llevados a cabo por «hijos de empresarios» que no toleran que haya indigentes en las calles. «Ahí vivían dos venezolanos que hace rato no veo. Eran muy buenas personas y dormían con sus frazadas. No le hacían daño a nadie. Y a veces escucho a los que vienen como clientes que dicen que no se los bancan. No lo puedo entender», lamentó el mecánico.