BRASIL

«Una puerta al desastre»: se cumplieron 3 años del inicio del impeachment a Dilma Rousseff

"Aquella votación en la Cámara de Diputados fue uno de los momentos más infames de la historia brasileña. Avergonzó a Brasil frente a sí mismo y ante el mundo”, aseguró Dilma al cumplirse tres años del inicio del impeachment en su contra.

 

"Una puerta al desastre": se cumplieron 3 años del inicio del impeachment a Dilma Rousseff.
«Una puerta al desastre»: se cumplieron 3 años del inicio del impeachment a Dilma Rousseff.

Este miércoles se cumplieron tres años del inicio del golpe parlamentario contra Dilma Rousseff en Brasil.

En ese marco la ex presidenta brasileña escribió un artículo para el diario local Brasil de Fato, en el que califica a aquel inicio como “la puerta para el desastre”.

“Hoy, hace tres años, la Cámara de Diputados comandada por un diputado condenado por corrupción aprobó la apertura de un proceso de impeachment contra mí sin que hubiese crimen de responsabilidad que justificase tal decisión. Aquella votación en el plenario fue uno de los momentos más infames de la historia brasileña. Avergonzó a Brasil frente a sí mismo y ante el mundo”, aseguró Dilma.

Y denunció un sistemático sabotaje a su gobierno que «fue determinante para la ruptura de la normalidad institucional». Dilma puso ejemplos de los ataques que recibió desde el mismo momento en que ganó las elecciones.

«La construcción del golpe pasó por el Congreso, los medios, segmentos del Poder Judicial y el mercado financiero. Compartían los intereses de los vencidos en las urnas y actuaban en sincronía para inviabilizar al gobierno», aseguró.

Y afirmó que «el principal objetivo del golpe fue la adecuación de Brasil a la agenda neoliberal que, en cuatro elecciones presidenciales había sido derrotada en las urnas».  En ese sentido dijo que una de las primeras acciones de los interesados en el golpe «fue la formación de una oposición salvaje en el Congreso. Su objetivo era impedir al gobierno recién electo gobernar, creando una grave crisis fiscal».

«El golpe fue el episodio inaugural de un proceso devastador que ya dura tres años», expresó.

E hizo referencia a la relación medios-Lava Jato, que para ella «posibilitó que la prensa se convirtiera en la 4ª instancia del Poder Judicial, tratando de condenar sin derecho de defensa».

«La lógica política de esa relación está enfocada en la destrucción y criminalización del PT – en especial de Lula – y, para ello, se utilizaron filtraciones en vísperas de las elecciones, delaciones sin pruebas, irrespeto al debido proceso legal y al derecho de defensa», denunció.

«Agenda neoliberal»

Dilma afirma a su vez que tras el golpe todos los avances en materia de extensión de derechos comenzaron a bloquearse. “El golpe resultó en una calamidad económica y social sin precedentes para Brasil y, en seguida, en la elección de Bolsonaro. Derechos históricos del pueblo están siendo aniquilados”, dijo y agregó que ahora «todo empeoró».

“Este proceso se radicalizó con un gobierno agresivamente neoliberal en la economía y perversamente ultraconservador en las costumbres. Un gobierno con una inequívoca índole neofascista”, expresó en referencia al nuevo gobierno del ultraderechista Jair Bolsonaro.

«El gobierno de Bolsonaro sigue apoyándose en la gran mentira mediática que fundamentó el golpe: la de que Brasil estaba roto cuando los golpistas de Temer asumieron el gobierno», afirmó.

«Esta falsificación de los hechos que siguen alardeando los medios, utilizada retorcidamente para justificar una recuperación que nunca llegó y empleos que nunca volvieron. Ni vendrán mientras dure la agenda neoliberal. La verdad es que Brasil ni siquiera estuvo a punto de quebrar durante mi gobierno», dijo y resaltó que «un país solo está quebrado cuando no puede pagar sus deudas internacionales. Ello, por ejemplo, ocurrió en el gobierno de FHC [Fernando Henrique Cardoso], cuando Brasil tuvo que recurrir al FMI para enfrentar su endeudamiento externo y su falta de reservas».

«En 2005, el presidente Lula liquidó totalmente nuestra deuda con el FMI y, después de eso, nuestras reservas aumentaron y alcanzaron 380.000 millones de dólares, convirtiéndonos en prestamistas internacionales. Una situación muy diferente de lo que pasa hoy, lamentablemente, en la Argentina de Macri, sometida una vez más a las absurdas exigencias del FMI», precisó.

Lula

Dilma consideró que desde el 17 de abril de 2016 —día de la aceptación del impeachment en su contra en la Cámara de Diputados— hasta el 7 de abril de 2018 —día de la prisión de Lula— «se pavimentó el camino hacia el Estado de excepción y las mentiras y falsedades de los medios tuvieron un papel fundamental».

«Incluso los que se oponen a Lula, pero aprecian la democracia, se avergüenzan con el escándalo de su prisión y condena ilegal, y ya percibieron que es un prisionero político. Un inocente condenado sin crimen, y por eso sin pruebas», aseguró.

La exmandataria resaltó el trabajo de Lula como presidente de Brasil y aseguró que el líder del PT «sintetiza la lucha por la democracia en nuestro país».

«Luchar por su libertad plena significa enfrentar al aparato neofascista – militar, judicial y mediático – que está destruyendo la democracia. Lula es la voz de la resistencia y carga el estandarte de la lucha democrática. Incluso preso, es el mayor enemigo del neofascismo que nos amenaza. Lula le mostró al pueblo brasileño, en cada gesto suyo que se tornó público, que es posible resistir incluso en las peores condiciones, su fuerza moral nos fortalece, su garra nos anima, su integridad nos hace luchar por su libertad, que representa también las libertades democráticas de todos los brasileños», escribió.

«Lula está del lado correcto de la historia. Lula Libre», concluyó.

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