Benedicto XVI: «La pedofilia en la iglesia es culpa de la revolución sexual de los 60’s»

Joseph Aloisius Ratzinger, el papa emérito Benedicto XVI, ha señalado como «culpables» a quienes propiciaron y participaron de la llamada revolución sexual de la década de 1960.

En un ensayo publicado esta semana, el ex pontífice se remonta el inicio de la crisis de abuso del clero a esa revolución y cita la aparición del sexo en películas en su Baviera natal.

Dijo también que la «disolución del concepto cristiano de moralidad» se debía a cambios culturales.

La carta de Benedicto XVI atrajo críticas generalizadas y algunos dijeron que no aborda ni acepta los problemas  y errores cometidos dentro de la iglesia que ayudaron a encubrir los abusos en todo el mundo.

«No aborda los problemas estructurales que incitaron al encubrimiento del abuso, ni siquiera el propio papel de 24 años de Benedicto como jefe de la poderosa oficina doctrinal del Vaticano», dijo Joshua McElwee, corresponsal del Vaticano en el National Catholic Reporter.

El ex Papa, quien se retiró en 2013, fue el primero en renunciar al cargo en casi 600 años.

Extensa y criticada carta

Su documento de 5.500 palabras fue publicado en la revista católica alemana Klerusblatt y está separado en tres partes, la primera de las cuales ofrece un «contexto social más amplio de la pregunta» que critica la década de 1960 como un momento de revolución sexual que «llevó a la pedofilia a ser permitida y normalizada».

«Se podría decir que en los 20 años de 1960 a 1980, los estándares previamente normativos con respecto a la sexualidad se derrumbaron por completo», escribió Ratzinger.

La segunda parte habla de cómo ese período desencadenó una ruptura de la moralidad en el catolicismo.

El ex papa afirmó que en algunos seminarios, escuelas para preparar a las personas que sirven como clérigos, se establecieron pequeños grupos homosexuales cuyos miembros «actuaron más o menos abiertamente».

Finalmente, Benedicto dice que la única manera de resolver el problema es «la obediencia y el amor por nuestro Señor Jesucristo».

«Me gustaría agradecer al papa Francisco por todo lo que hace para mostrarnos, una y otra vez, la luz de Dios, que no ha desaparecido, incluso hoy», concluyó.