Bolsonado destituye a su polémico ministro de Educación que negó la dictadura

En días pasados, Vélez había asegurado que en Brasil "no hubo dictadura" y que iba a cambiar los libros de textos escolares para contemplar una "versión más amplia de la historia" de este oscuro episodio.

Ricardo Vélez Rodríguez, ex ministro de Educación de Brasil
Ricardo Vélez Rodríguez, ex ministro de Educación de Brasil

El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, se vio presionado por la oleada de críticas al ministro de Cultura, Ricardo Vélez, quien ha hecho una seguidilla de polémicas declaraciones que lo llevaron a su destitución.

Bolsonaro usó su cuenta de Twitter para anunciar que Vélez sería relevado de su cargo y sustituido por el profesor Abraham Weintraub, luego de que en días pasado declarara que Vélez tenía gran «capacidad» al tiempo que admitiera que «no está funcionando» su trabajo a cargo de la educación del país.

Vélez tenía acostumbrado a sus detractores (y seguidores) a sus incendiarias ideas. La más reciente tuvo lugar la seman pasada cuando había asegurado que en Brasil «no hubo golpe militar» en 1964 y prometió introducir en los textos educativos oficiales «una versión más amplia de la historia». El mismo Bolsonaro lo ha respaldado en otras ocasiones. El pasado 27 de marzo, el mandatario tuiteó en su defensa: «Sufro fake news [noticias falsas] diarias como el caso de la dimisión del ministro Vélez». Días después cambió de posición y aseguró que «está bastante claro» que el trabajo de Vélez no estaba teniendo buenos resultados.

Bolsonaro: "El pueblo brasileño no sabe todavía lo que es la dictadura".
Bolsonaro: «El pueblo brasileño no sabe todavía lo que es la dictadura».

Una controversia detrás de otra

Desde que Vélez, un colombiano nacionalizado brasileño, asumió el Ministerio de Educación, al menos 14 funcionarios renunciaron por diferencias o fueron destituidos por él mismo.

Además del episodio de la negación de la dictadura militar, a la cual llamó suavemente «un régimen democrático de fuerza», ha hecho otras afirmaciones igualmente polémicas y -casi siempre- mal recibidas por buena parte de los brasileños.

En febrero pasado, envió una carta a las escuelas «invitando» a los maestros a grabar a los alumnos para asegurarse de que en todos los centros educativos se estuviera cantando el himno nacional frente a la bandera de Brasil. En seguida tuvo que ofrecer sus disculpas porque el procedimiento, enmarcado en su «política de incentivo de valorización de los símbolos nacionales» era ilegal al tratarse de menores de edad.

También se refirió a los brasileños que viajan fuera del país de forma despectiva. Según él, quienes se suben a un avión para salir de Brasil se comportan «como caníbales», «roban cosas de los hoteles y los aviones» y «se creen que cuando salen de casas se pueden llevar todo».

También hizo una apología al afamado narcotraficante Pablo Escobar, quien según él hizo una «gran labor» para alejar a los jóvenes de las drogas. «Escobar había reservado campos de fútbol para los jóvenes y una pequeña biblioteca (…) de esa forma, los jóvenes no consumían cocaína porque este producto estaba orientado a la exportación», aseveró.

En una entrevista al periódico Valor Económico, el ministro aseveró que «las universidades deben estar reservadas para una élite intelectual, que no es la misma que la élite económica». «La idea de una universidad para todos no existe», sentenció.

 

Te puede interesar

Te recomendamos

Publicá tu comentario

Compartí tu opinión con toda la comunidad

chat_bubble
Si no puedes comentar, envianos un mensaje