EE.UU.

Al menos ocho muertos en un tiroteo en una sinagoga en Pensilvania

Trump manifestó que se debe endurecer las leyes sobre la pena de muerte y guardias armados en las sedes religiosas.

la presencia de un guardia de seguridad armado habría podido evitar que se produjeran víctimas mortales "más allá" del agresor.
la presencia de un guardia de seguridad armado habría podido evitar que se produjeran víctimas mortales «más allá» del agresor.

Un hombre fuertemente armado realizó un tiroteo dentro de una sinagoga en Pittsburgh, Pensilvania (EE.UU.) este sábado dejando varios fallecidos y heridos, antes de rendirse ante las autoridades.

El tiroteo tuvo lugar en la congregación judía Tree of Life en Squirrel Hill, donde se ha llevado a cabo un fuerte operativo policial.

Según las primeras cifras conocidas ocho personas fallecieron y otras cuatro se encuentran heridas, entre ellas agentes policiales que recibieron disparos durante un enfrentamiento con el sospechoso.

Fuentes policiales indicaron a KDKA que el sujeto armado entró en el centro religioso durante la mañana de este sábado mientras gritaba que «todos los judíos deben morir».

«Alerta: Hay un tirador activo en el área de Wilkins y Shady. Eviten el área», comunicó el Departamento de Seguridad Pública de Pittsburgh a través de Twitter.

la presencia de un guardia de seguridad armado habría podido evitar que se produjeran víctimas mortales «más allá» del agresor.

Más tarde se informó que un equipo SWAT negoció con el tirador, que a su vez se entregó a las autoridades. El sospechoso presentaba heridas a causa de la respuesta policial.

El sospechoso fue identificado como Robert Bowers, de 46 años, un conocido supremacista blanco en comunidades en la Red de neonazis y extremistas de ultraderecha, de acuerdo con reportes que citan grabaciones policiales de audio.

Reacción de Trump

El presidente estadounidense, Donald Trump, se pronunció al respecto en su cuenta de Twitter y escribió: «parece que hay varios muertos. Cuidado con el tirador activo. ¡Dios bendiga a todos!».

Luego agregó que el asunto era mucho «más devastador» de lo que se creyó en un principio

«Cuando las personas hacen esto deberían ser condenadas a muerte», dijo el mandatario ante la prensa.

«Deberíamos trabajar en reforzar las leyes relacionadas con la pena de muerte (…). Tantos incidentes, en iglesias… (los agresores) deberían pagar con el castigo último», señaló.

El mandatario afirmó que a causa de casos como este es necesario endurecer las leyes respecto a la pena capital. Al tiempo que desestimó el papel que habría jugado la legislación sobre la posesión de armas. En ese sentido consideró la situación habría sido distinta si la congregación hubiese tenido mejor seguridad.

A su entender la presencia de un guardia de seguridad armado habría podido evitar que se produjeran víctimas mortales «más allá» del agresor.

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