Hitler no escapó a Sudamérica: Sus dientes confirman la fecha de muerte

¿Llegó Adolf Hitler en la Patagonia en un submarino U-boot? ¿Estuvo en Colombia? ¿Escapó de Alemania por medio de España? Estas son algunas de las teorías conspirativas que giran en torno a la figura del principal gestor del Holocausto.

Un reciente estudio publicado por un grupo de científicos -y revisado por pares- en una revista académica ha demostrado lo que podrías haber supuesto que ya sabías: Adolf Hitler está muerto y lo ha estado desde que se suicidó en su búnker en abril de 1945.

Casi desde el momento en que el Führer murió, una industria artesanal de teorías de conspiración surgió para «demostrar» que todavía estaba vivo.

Por ejemplo, ha sido «visto» emergiendo de un submarino alemán en Argentina con su mujer Eva Braun en 1945, rodeado de adoradores fugitivos nazis en la Colombia de 1950, y llegando al final de sus días en la década de 1980 como un nonagenario feliz con una novia brasileña más joven, gozando de las cálidas aguas del nordeste de Brasil.

Adiós conspiraciones

Ahora, a un equipo de científicos franceses se les permitió examinar una mandíbula celosamente guardada en los archivos del servicio secreto ruso desde la década de 1940.

El análisis publicado en el European Journal of Internal Medicine sugiere que los rusos decían la verdad: Hitler se suicidó, los soldados de las SS quemaron su cuerpo, las tropas soviéticas encontraron los restos carbonizados y la mandíbula terminó en Moscú.

El estudio titulado «Los restos de Adolf Hitler: análisis biomédico e identificación definitiva» relata cómo los investigadores franceses tuvieron acceso a la mandíbula en los archivos del FSB de Rusia, sucesor de la KGB, en marzo y julio de 2017.

El autor principal de la investigación, el profesor Philippe Charlier, dijo en un documental francés que había sido posible comparar la mandíbula guardada en buen estado por los rusos con los registros dentales de Hitler, lo que les facultó a identificar al Führer con sus dientes postizos.

El profesor Charlier dijo que a pesar de tener solo 56 años cuando murió, a Hitler le quedaban solo cinco dientes. «Primero lo identificamos por sus dentaduras, que eran extremadamente inusuales, en formas completamente extraordinarias (…) Hubo una correspondencia anatómica y tecnológica perfecta», añadió.

Otro estudio previo realizado en Estados Unidos había causado revuelo al asegurar que un cráneo agujereado por disparo, encontrado en dicho búnker, era de una mujer y no de Hitler, y que este tampoco correspondía a Eva Braun porque ella se envenenó y no se suicidó con un tiro.