Trump quiere establecer «una base» en la Luna para tratar de alcanzar Marte

El presidente de EE.UU., Donald Trump, ha firmado la Directiva de Política Espacial 1, según la cual la NASA debe volver a enviar una misión tripulada a la superficie de la Luna y luego a Marte.

La firma de la nueva orden coincide con el 45 aniversario del aterrizaje del Apolo 17, la última vez que los humanos aterrizaron en la Luna.

Trump declaró durante el evento que la directiva restablecerá el liderazgo estadounidense en el espacio, creará empleos y mejorará la seguridad nacional de EE.UU.

“The directive I am signing today will refocus America’s space program on human exploration and discovery, It marks a first step in returning American astronauts to the Moon for the first time since 1972, for long-term exploration and use.» – @POTUS Trump pic.twitter.com/tNNUz06vEb

— NASA (@NASA) 11 de diciembre de 2017

La nueva directiva de política espacial ordena a la NASA «liderar un innovador programa de exploración espacial para enviar nuevamente astronautas estadounidenses a la Luna, y eventualmente a Marte».

Según detalló el magnate republicano esto marca un paso importante «para la exploración y el uso a largo plazo» del satélite de la Tierra.

«Esta vez no solo plantaremos nuestra bandera y dejaremos nuestra huella. Estableceremos una base para una eventual misión a Marte y, tal vez, algún día a muchos mundos más allá», manifestó.

Today, @POTUS signed a directive calling for the United States to lead a human return to the Moon, followed by missions to Mars and beyond. Details: //t.co/6WzHFJJQFp pic.twitter.com/6vLCPgEIrt

— NASA (@NASA) 11 de diciembre de 2017

Hogan Gidley, portavoz adjunto presidencial, señaló que la nueva directiva de Trump «modificará la política de vuelos espaciales tripulados del país para ayudar a EE.UU. a convertirse en la fuerza principal en la industria espacial, obtener nuevos conocimientos del cosmos, e impulsar tecnología increíble».

Según informó la cadena CNBC, este anuncio forma parte del plan de la Casa Blanca para poner fin a la dependencia de Rusia respecto a los lanzamientos de misiones tripuladas, provocada por la cancelación del programa del transbordador espacial de la NASA hace 6 años.