Gobierno español no puede cerrar la Fundación Francisco Franco
Una fundación española lleva el nombre del brutal dictador que gobernó con mano dura más de cuatro décadas la nación ibérica. El cometido de la organización es "defender la verdad" del que consideran un "caudillo" y un "personaje histórico".
El Gobierno de España se encuentra de manos atadas para deshacerse de la Fundación Francisco Franco, una organización dedicada a la memoria del cruel dictador español que gobernó violentamente el país entre 1936 y 1975.
En su página web, la Fundación Nacional Francisco Franco (FNFF) explica que «defiende la verdad en estos dos frentes: el personaje histórico y su legado, cumpliendo su función a pesar de las dificultades» y que se dedican enteramente a la «memoria y obra» de Franco.
De acuerdo a un comunicado del Gobierno de Mariano Rajoy, la fundación cumple con todas las normas y legislaciones respectivas y está totalmente amparada por la Constitución, por lo que cerrarla sería una violación al su derecho a existir.
Seguirá funcionando
La petición para clausurar la FNFF fue promovida por la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, que recogió 218.000 firmas que exigían el cese de funciones de esta agrupación civil a la que consideran como promotora del odio. Argumentaron que la organización, cuya presidenta honoraria es Carmen Franco Polo, duquesa de Franco, tiene entre sus ideales la «proyección del ideario del dictador» y que afecta «el futuro de la vida española». También critican que se dediquen a «enaltecer la figura de Franco» y a «preservar su legado».
Pese a todo, las leyes amparan a la FNFF, tal como consigna en un documento oficial enviado por el Gobierno español a los diputados Antón Gómez-Reino y Yolanda Díaz, del partido Unidos Podemos, quienes además solicitaban que la hacienda y el castillo Pazo de Meirás, propiedad de la familia Franco, pase a ser patrimonio público.
Días atrás, el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijoó, afirmó que todos los españoles deben cumplir la ley, y sugirió a la familia Franco que se ajusten a las normas estipuladas o que donen el inmueble para uso público, algo que no sentó bien a los Franco.
El portavoz de la FNFF, Jaime Alonso, declaró que en el Pazo gallego se debe mostrar a todos los españoles y al mundo la «grandeza de Franco» y que, para él, la grandilucuencia de este «está en sus obras, la grandeza de Franco se proyecta más allá de su vida». Además, añadió en una entrevista televisiva que el dictador «fue un demócrata» que había sido «legitimado» por todos los españoles por más de 40 años».
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