"A PURA BOMBA"

Ola de amenazas de bomba en colegios de Buenos Aires; ofrecen el servicio de llamadas falsas por Facebook

Falsas amenazas de bomba tienen a las autoridades educativas y de seguridad bonaerenses en vilo, pues miles de llamados se realizan cada mes al 911. Algunos ofrecen incluso el servicio de realizar las llamadas a cambio de un pago.

El servicio 911 de Buenos Aires está abarrotado de llamadas por amenazas de bomba en escuelas y colegios, por dicha todos falsos hasta ahora, pero con un altísimo costo educativo y económico.

En los últimos 30 días, más de 3.000 llamados se hicieron al servicio de emergencia, y hasta se detectaron fanpages de Facebook que ofrecen el «servicio» de llamar para cancelar lecciones, amenazando con que una bomba explotará en el centro educativo.

Las autoridades se enfrentan a una epidemia de «travesuras» muy costosas: cada vez que se activa el protocolo de seguridad, este cuesta unos 50.000 pesos argentinos (84.816 pesos uruguayos o 2.900 dólares, aproximadamente).

El orden de los procedimientos es siempre el mismo: el o la operadora del 911 da parte a la Policía, que a su vez envía a un escuadrón de explosivos al colegio respectivo, que ha sido también avisado simultáneamente y evacuado totalmente. A veces, el escuadrón llega varias horas después porque están atendiendo unas 20 o 30 amenazas hechas antes.

Los niños son los más afectados

Afortunadamente, todas las amenazas han sido falsas, pero está sucediendo un fenómeno que las autoridades no desean: los directores, profesores y estudiantes se están empezando a tomar todo como una broma. ¿Qué pasará si, algún día, la amenaza es real?

Ya hay unas 120 causas abiertas por intimidación pública, y el 90% son contra estudiantes de entre 11 y 17 años. Sin embargo, un joven de 18 años fue detenido el jueves pasado por realizar más de 40 llamadas con falsas amenazas hacia diferentes colegios.

El detenido llamaba al 911 por encargo que recibía a través de las redes sociales, y había convertido el «servicio» en un lucrativo negocio. Incluso promocionaba cada «trabajo» terminado en Twitter, en su cuenta «APB, A Pura Bomba», un término que convirtió en su marca personal. “Después de hacer ocho amenazas de bomba en ocho colegios distintos”, dijo en un tuit, seguido por otro que afirmaba haber logrado suspender las clases en al menos seis colegios más.

 

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