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Neonazis buscan reinsertarse al Parlamento alemán

Con retórica violenta y discursos racistas y xenófobos, el partido Alternativa para Alemania quiere ingresar al Bundestag.

Foto: Facebook AfD
Foto: Facebook AfD

Alternative für Deutschland (AfD) se traduce como Alternativa para Alemania. Su idea de una Alemania exclusiva para alemanes tiene buena acogida entre los seguidores de las políticas de ultra derecha. Aglomeran a varios grupos de los más intolerantes y de extrema derecha cuyo discurso se basa -mayormente- en el rechazo a Europa y a casi todo lo que no sea alemán.

Por primera vez desde la expulsión del nacionalsocialismo de los nazis de la realidad política, un grupo de este tipo amenaza con convertirse en la tercera fuerza parlamentaria del Bundestag, la sede del Parlamento alemán. Resta poco más de una semana para las elecciones generales de Alemania, y según el sondeo Deutschlandtrend, hecho por la televisión pública alemana, AfD cuenta con al menos el 12% de la intención de voto. Aún está lejos de la Unión Cristianodemócrata, de la actual canciller Angela Merkel, que está de primero con 37%.

Orgullosos del genocidio

Alexander Gauland, líder de AfD y candidato a canciller, afirmó el pasado 2 de setiembre que los alemanes deben estar «orgullosos» de lo que los soldados nazis hicieron en la II Guerra Mundial, el conocido Holocausto que dejó 7 millones de personas muertas. «Si los franceses están orgullosos de su emperador (Napoleón Bonaparte) y los británicos de Nelson y Churchill, nosotros tenemos el derecho de estar orgullosos de los logros de los soldados alemanes en las dos guerras mundiales», sentenció Gauland según un vídeo difundido por la versión alemana del portal Buzzfeed.

Considera que ya Alemania ha tratado y manejado a profundidad «Los delitos de esos doce años» (en alusión al periodo nazi) desde la llegada de Adolf Hitler al poder al fin de la II Guerra Mundial (1933-1945).

Otro representante de AfD, Björn Höcke, también se refirió con desprecio a las víctimas del Holocausto. Llamó «monumento de la vergüenza» al erigido en Berlín para recordar a las víctimas del genocidio causado por el tercer reich.

El tacto no está en el libro de marca de la campaña de este movimiento ultra. Se han atrevido a llamar «cerdos» y «marionetas de las potencias dominantes» a los miembros del Gobierno de Merkel, y han hecho constantes críticas a la inmigración de grandes grupos, como los refugiados de países árabes que escapan de varios conflictos bélicos que golpean a Medio Oriente, así como del terrorismo del autodenominado Estado Islámico.

«Queremos la Alemania que heredamos de nuestros padres, no queremos una Alemania multicultural», gritó uno de los partidarios en un mitin de la agrupación em Templin, Brandenburgo. «El islam no pertenece a Alemania. ¿Cómo podemos acabar con esta mierda de islam?», expresa otro. » Merkel viene del Este, pero no nos representa. Aquí los alquileres no hacen más que subir y ella no hace nada. Mucho dinero para los refugiados y para los alemanes, ¿qué? Menos integración para los refugiados y más para los alemanes», reprochó otro participante en una marcha pro AfD.

Desde la cúpula del partido dan por hecho que están con un pie adentro del Parlamento y que llegarán a la Cancillería para el año 2021.

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