Brasil: Temer va por la reforma jubilatoria; Lula por volver a la presidencia

En un encuentro con militantes del Partido de los Trabajadores (PT) en San Pablo el ex presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, afirmó este viernes que el PT volverá al poder de la mano del pueblo brasileño.

«La solución a los problemas de este país solo va a suceder cuando haya un gobernante con credibilidad y ellos saben que nosotros somos capaces y que vamos a volver, y cuando digo que vamos a volver no soy yo, son ustedes», dijo Lula.

El ex presidente brasileño denunció que «este país era más popular de lo que Neymar es hoy, ellos quieren que Brasil vuelva a ser una republiqueta de plátano».

En ese sentido acusó al Gobierno de Michel Temer por la «pérdida de prestigio internacional» de Brasil y por la crisis económica que padece la nación amazónica.

«El gasto que ellos (el Ejecutivo de Temer) quieren cortar no es el suyo, sino el del pueblo», criticó. A su vez afirmó que «ellos son tan ignorantes que están cortando el FIES, porque creen que la Educación es un gasto, cuando es inversión. Para nosotros el hijo de albañil no necesita ser albañil, puede ser ingeniero, y hemos podido probarlo en nuestro gobierno».

Una nueva encuesta divulgada este viernes ubica a Lula primero en la lista de intenciones de voto para las elecciones presidenciales de 2018 con el 53%.

En el acto Lula también se refirió a la condena de nueve años y medio de prisión dictada contra él por el juez federal Sergio Moro, y aseguró que ello no le hará bajar la cabeza.

«Si ellos creen que contando mentiras sobre mí van a hacerme bajar la cabeza es porque no saben lo que es un nordestino que sobrevivió al hambre con siete años de edad», señaló Lula.

Anteriormente, a través de una nota en su cuenta de Facebook, la asesoría de prensa de Lula respondió a la decisión de Sergio Moro de aceptar a trámite la denuncia en la que se acusa al ex mandatario de haber recibido ventajas indebidas de dos empresas que se adjudicaron ilegalmente contratos de Petrobras y consideró que es parte de la trama judicial con la que se le quiere impedir que dispute las elecciones presidenciales del 2018.

“Se trata de otra etapa de la farsa judicial movida por la Lava Jato contra el ex presidente”, expresa el texto que agrega que “en decisiones anteriores, la Lava Jato ya reconoció que no hay pruebas para vincular a Lula a los desvíos en Petrobras, pero insisten en perseguirlo para condenarlo sin pruebas, sin crimen y fuera de la ley”.

Temer va por la reforma jubilatoria

Por su parte el mandatario de facto de Brasil, Michel Temer, se concentrará en la aprobación de la reforma de la ley de jubilaciones, una de las más impopulares de su proyecto junto a la ya aprobada reforma laboral. Tras lograr bloquear una denuncia de corrupción en su contra gracias al apoyo de los diputados, Temer irá por completar su plan de reformas a través del cual, asegura, hará crecer al país.
“La próxima batalla será la reforma del régimen de jubilaciones”, informó ministro de la Presidencia, Eliseu Padilha.

Padilha expresó a la prensa que los 263 votos que rechazaron la denuncia contra Temer, frente a los 227 que se inclinaron en favor de procesar al mandatario, fueron una demostración de fuerza del gobierno y también de apoyo a sus políticas. En ese sentido ya es sabido que muchos diputados que forman parte de la coalición de gobierno se mostraron a favor de dar luz verde a la denuncia contra Temer, aunque aclararon que si avalaban una investigación al mandatario, pero no rechazaban sus reformas.

El Gobierno de Temer ya aprobó reformas que por ejemplo: reducen a mínimos el gasto público durante las próximas dos décadas, flexibilizan las leyes laborales y que habilitan la venta de tierras a inversores.

Para la aprobación de la reforma jubilatoria el Gobierno necesita el apoyo de 308 diputados, si se tiene en cuenta la votación del pasado miércoles no alcanzaría esa cifra, pero como dijimos hay varios legisladores que votaron en contra de archivar la denuncia contra Temer, pero que están a favor de la reforma de las jubilaciones.

El mayor obstáculo político de esa reforma es su impopularidad – es rechazada por más del 70% de los brasileños-, debido a que muchos parlamentarios ya están pensando en las elecciones parlamentarias del año que viene en las pueden ser condenados por apoyar la normativa.

Brasil está ahora a la espera de que el fiscal general, Rodrigo Janot, presente una segunda denuncia por el mismo caso, pero por los delitos de lavado de dinero. También está previsto que la Fiscalía presente una denuncia por obstrucción a la justicia contra Temer. Dichas denuncias tendrán el mismo tratamiento que la primera por corrupción pasiva, es decir: será analizada primero por una comisión de la Cámara baja, y luego pasará a votación en el pleno de los Diputados.

Frente a ese escenario de nuevas denuncias la aprobación de la reforma jubilatoria puede se clave para Temer, ya que muchos especulan que si logra aprobarse antes de la votación sobre una nueva denuncia, muchos diputados, hoy fieles al mandatario, le soltarán la mano y habilitarán el inicio de un juicio penal en su contra. En ese caso Temer sería suspendido por los 180 días que dura el proceso y su lugar sería ocupado por el presidente de los Diputados, Rodrigo Maia, quien para la oposición sería exactamente lo mismo que el ex vicepresidente de Dilma Rousseff.