La Policía de Alaska se opone a proyecto de ley que prohíbe contacto sexual con prostitutas antes de arrestarlas

Un proyecto de ley se debate en Alaska, pero ha causado el desagrado de los departamentos de Policía estatales. Dicho proyecto haría ilegal que los agentes de policía tengan contacto sexual con trabajadores o trabajadoras sexuales antes de arrestarlos. Si el estado aprueba la legislación, se convertiría en el primero de Estados Unidos en prohibir cualquier contacto sexual entre un policía y personas que están siendo investigadas o arrestadas. El estado de Michigan tiene una legislación semejante, pero que solamente restringe la penetración sexual por parte de oficiales a sexoservidoras.

Los defensores del proyecto de ley 73, de la Cámara de Alaska, y el proyecto de ley 112, del Senado, dicen que un policía que arresta a una trabajadora sexual en el acto no podrá involucrarse con esta sexualmente. Amnistía Internacional apoya la normativa, en el sentido de que, para ellos, este tipo de interacciones equivale a una violación sexual.

«Es increíblemente traumático ser engañado para tener relaciones sexuales con alguien que se detiene en el medio y te pone en las esposas y te lleva contra su voluntad para ser encerrado en una celda de la cárcel», explicó Terra Burns, uno de los fundadores de Comunidad Unida para Seguridad y Protección (CUSP, por sus siglas en inglés), un grupo de actuales trabajadores sexuales y retirados, así como víctimas del tráfico sexual y aliados, que laboran por mejorar las condiciones de salud, seguridad y laborales de este segmento poblacional. «Las sexoservidoras han declarado que siguen teniendo síndrome de estrés postraumático años después de haber sido arrestadas, incluso varios años después».

Defienden sus tácticas

La Policía de Alaska asegura que, para poder llevar a cabo operaciones encubiertas exitosas, deben poder tocar a las prostitutas.

El problema con el proyecto de ley, explican los policías, es que sus agentes encubiertos serán fácilmente detectables por trabajadoras del sexo usando una táctica llamada «autentificación de un policía», que se basa en una simple pregunta: la prostituta pide a la persona que le toque una de sus partes íntimas; si el policía accede estaría cometiendo un delito al amparo de la nueva ley, y la prostituta queda en total libertad.

Según un estudio de Hayes Research Group hecho en Estados Unidos, un 92% de la población no tenía ni la más mínima idea de que los policías podían tocar o tener interacción sexual con las prostitutas previo a su arresto, a la vez que el 90% consideraba que eso debía ser ilegal.

Alaska ha tenido por años el vergonzoso título de ser la capital de la violación sexual de EE.UU., debido a que presenta las más altas tasas de abusos de todo el país, según se detalla en un informe de Uniform Crime.

La ley de Alaska podría ser un precedente que derive en nuevas legislaciones en otros estados. En Nueva York, el policía Michael Golden acaparó los titulares recientemente al trascender que había pagado y participado en actos sexuales con varias trabajadores sexuales mientras las investigaba como agente encubierto. Actualmente está en juicio y, de ser hallado culpable, perderá su placa para siempre.