Los presos palestinos ponen fin a una huelga de hambre de 40 días tras un acuerdo con Israel

El Servicio de Prisiones de Israel, confirmó la noticia del acuerdo entre las autoridades judías y la Autoridad Nacional Palestina (ANP), junto a la Cruz Roja, que también veló por los derechos de los detenidos.

En un principio Ministro de Seguridad Pública israelí Gilad Erdan, había asegurado que no habría negociaciones con los presos y que no se atenderían sus demandas, ya que se trataba de «terroristas», pero finalmente si las hubo.

El pacto prevé que los presos puedan recibir dos visitas al mes de sus familiares. Antes de la protesta solo podían tener una visita mensual ya que la segunda visita había sido suspendida el año pasado después de que el CICR dejase de cubrir el coste del desplazamiento de los visitantes desde los territorios palestinos hasta las cárceles. Los responsables de Cruz Roja pidieron a las autoridades israelíes que, como potencia ocupante, se hicieran cargo del traslado de acuerdo con la legislación internacional.

Esa era una de las mayores reivindicaciones de los presos que también reclamaban «el fin de las penas en celdas de aislamiento, la tortura, negligencia médica o la detención administrativa, además de acceso a educación y cuidado médico».

El organismo penitenciario no dio detalles sobre la concesión de estas peticiones, pero el director de la agencia palestina de Asuntos de los Prisioneros, Issa Karaka, aseguró a Haaretz sin dar detalles que las exigencias de los detenidos les habían sido reconocidas.

El presidente del Club de Prisioneros Palestinos, Qadura Fares dijo que el comité de presos «decidió suspender la huelga tras haberse dado respuesta a algunas de las peticiones palestinas, aunque aún quedan algunos asuntos que serán debatidos más adelante».

1.578 presos participaron de la huelga

Por su parte el ministro palestino de Asuntos de los Prisioneros, Isa Qaraqe, destacó el «éxito» de los palestinos en la meta de asegurar sus derechos tras «largas y difíciles negociaciones».

Según las autoridades penitenciarias israelíes, 1.578 presos palestinos de los cerca de 6.500 que cumplen condena en sus cárceles han participado en la huelga de hambre desde que comenzó hace cuarenta días, muchos de ellos vinculados al movimiento político Al Fatá, encabezado por el presidente de la ANP, Mahmud Abbas.

El servicio penitenciario precisó que de esos 1.578, 834 reclusos siguieron la huelga durante todo el mes, mientras que 18 tuvieron que ser hospitalizados.
La huelga de hambre concluyó justo con el inicio del Ramadán, el mes sagrado de ayuno musulmán, que empezó a la puesta del sol este viernes.

Según fuentes de la presidencia palestina, Abbas habló sobre la huelga de hambre con el enviado especial de EEUU Jason Greenblatt y le pidió que interviniera para lograr una respuesta israelí.