Ambientalistas combatirán medidas de Trump que favorecen la industria de combustibles fósiles

Este martes el presidente de EE.UU. Donald Trump firmó el decreto «Independencia Energética» a través del cual pretende eliminar los logros conseguidos por el movimiento ambientalista durante la administración anterior de Barack Obama. La nueva orden del magnate republicano suprime reglaciones gubernamentales que restringían la producción de combustibles fósiles.

Mientras Trump firmaba su orden en la sede de la Agencia de Protección al Medioambiente, ambientalistas se manifestaban afuera su rechazo y horas más tarde iniciaron una protesta frente a la Casa Blanca, donde manifestaron que la medida de Trump significa «un golpe a la conservación del planeta y un afán de enriquecer a las corporaciones vinculadas a la producción de combustibles fósiles».

Ahora diversos grupos ecologistas se preparan para acudir a los tribunales y plantar batalla a la amplia orden ejecutiva firmada por Trump que busca revertir las medidas adoptadas por su predecesor contra el calentamiento global.

Los ambientalistas y los científicos que defienden la idea de que el cambio climático es real planean realizar una masiva marcha en Washington el 22 de abril, en el Día de la Tierra para manifestarse contra las nuevas acciones del magnate.

La resolución firmada por el mandatario estadounidenses revierte las directrices del Plan de Energía Limpia promulgado Obama en 2015 con el objetivo reducir en 32% las emisiones de carbono de las centrales eléctricas, con respecto a los niveles del 2005, antes de 2030. La orden cambia la limitación de los estados con respecto a las emisiones de carbono en las centrales eléctricas, reactiva el arrendamiento de minas de carbón y anula la regulación sobre las emisiones de metano en la producción de gas y petróleo.

«Nueva era»

«Una nueva era en energía estadounidense», publicó Trump a través de su cuenta en Twitter, mientras que durante la firma expresó que «este es el inicio de una nueva era para la producción de energía en Estados Unidos y la eliminación de la intrusión gubernamental en el sector».

El nuevo decreto de Trump significa un nuevo revés para los movimientos ambientalistas tras la autorización por parte de su administración de la construcción del oleoducto Kystone XL, obra que es firmemente rechazada por los defensores del medio ambiente.

Trump ha asegurando en diversas oportunidades que el calentamiento global es una «farsa» inventada por los chinos, y ya había adelantado durante su campaña electoral que acabaría con los planes climáticos de Obama con el fin de recuperar los empleos de la industria del carbón, cuya pérdida atribuye a las regulaciones impuestas por Obama.

Contrariamente los ecologistas consideran que el plan de energía limpia crearía miles de nuevos empleos y consideran que las acciones de Trump lejos de favorecer a Estados Unidos lo harán menos competitivo respecto a otros países que sí están apostando por energías renovables.

Los ambientalistas creen que los esfuerzos por reavivar el sector del carbón y el petróleo terminarán fracasando, porque muchos estados e industrias ya han adoptado energías renovables o el gas natural.