Abre un McDonald’s en el Vaticano pese a protestas y enfado del clero y los fieles
La cadena de comidas rápidas McDonald's acaba de inaugurar su primer restaurante en la Santa Sede, a pesar de que el clero y los feligreses católicos han alzado su voz en protesta por el hecho.
McDonalds around corner from St Peter’s sq, open for business in Vatican-owned building, despite resident protests pic.twitter.com/MW6JYVNNrJ
— Sylvia Poggioli (@spoggioli1) 31 de diciembre de 2016
Ya muchos le llama «McVaticano» a la polémica inauguración. La cadena de comida chatarra McDonald’s abre las puertas de su primer (y tal vez no último) local de hamburguesas en la Curia Romana. A solo unos pocos pasos de la Plaza de San Pedro ya están instaladas las típicas M amarillas en las vidrieras del establecimiento.
Miles de personas en redes sociales y en el lugar mismo han hecho reclamos y protestas al respecto de la apertura de un restaurante fast food en un local ubicado debajo de una casa en la que residen varios cardenales veteranos y retirados.
«Una degracia»
Los chismes sobre lo que parecía improbable se hicieron realidad, para horror de algunos, alegría de otros y sorpresa de todos.
El cardenal Elio Sgreccia había afirmado entonces al diario italiano La Repubblica que «vender hamburguesas» en el Borgo Pio (inmediaciones del Vaticano) «es una desgracia y una aberración».
Y es que lo que más llama la atención es que el local permanecerá abierto 24 horas al día, hecho que atraerá a transeúntes y turistas de zonas aledañas a comer tanto en el salón como en las inmediaciones, lo que podría perturbar el sueño de los siete ancianos cardenales de los pisos superiores.
«Es una decisión cuestionable, aberrante y para nada respetuosa de las tradiciones arquitectónicas y urbanas de una de las plazas más características con vistas a la columnata de San Pedro, visitada cada día por miles de peregrinos y turistas», afirmó Sgreccia.
El local en que se encuentra el McDonald’s estuvo durante un buen tiempo en el mercado y su precio de alquiler es superior a los €30,000. Para algunos es una ganga, no solo por los 538 metros cuadrados de espacio, sino por el tráfico de posibles clientes que tiene las 24 horas del día esa zona.
«Deberíamos usar ese espacio para actividades en defensa de los más necesitados, hospitalidad y ayuda a los que más sufren, como enseña el Santo Padre», concluyó enérgicamente el cardenal Sgreccia.
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