TRADICIÓN

UNESCO declara cerveza belga como patrimonio de la humanidad

La próxima vez que te tomes una cerveza hecha en Bélgica estarás tomando un poco del patrimonio de la humanidad, gracias a que la UNESCO declaró esta cultura como patrimonio de la humanidad.

Foto: Pixabay.
La historia de la cerveza en Bélgica se remonta al siglo XII. Foto: Pixabay.

Bélgica es mundialmente conocida por su sofisticada cultura cervecera. Una amplísima variedad de cervezas nacionales entre las que se encuentran las afamadas Stella Artois, Duvel, Delirium Tremens, Hoegaarden y Leffe, hacen de la cultura de este país una de las más ricas del mundo en esta expresión.

Cervezas rojas muy amargas, pilsner de gran cuerpo y colores dorados, Dubbels de color castaño y sabor intenso, Ambers de alta fermentación y gusto pronunciado, forman parte de la cultura belga que se remonta al siglo XII, mucho antes de que Bélgica fuera siquiera un país.

Y es que a la iglesia católica se le debe casi toda la historia de la cerveza. Con permiso de la Santa Sede, algunas abadías francesas y flamencas elaboraban y distribuían cerveza como forma de financiación.

En ese siglo, la cerveza de baja graduación alcohólica era considerada más saludable que el agua de beber, que no siempre era potable y su consumo desataba grandes pestes.

El lúpulo se utiliza en la cerveza para equilibrar el proceso de fermentación de la malta de cebada es el lúpulo y para equilibrar la espuma. Foto: Pixabay.
El lúpulo se utiliza en la cerveza para equilibrar el proceso de fermentación de la cebada y para equilibrar la espuma. Foto: Pixabay.

Una industria en peligro

La decisión de la UNESCO le brinda un nuevo aire a la industria cervecera belga que sufre un mal momento. El consumo de la bebida se ha contraído en los últimos meses y muchas cervecerías locales sufren dificultades financieras pues cada vez menos comensales entran a sus locales.

Para Sven Gatz, expresidente de la Federación de Cerveceros Belgas -y actual ministro de cultura de Flandes- afirmó que la declaración es comparable con ganar un mundial del fútbol.

«Nosotros amamos la cerveza y apreciamos su infinita diversidad, algo que no tiene comparación en el mundo», afirmó Gatz. «En Bélgica, nuestra cerveza no tiene nada que envidiarle al vino u otras bebidas en cuanto a calidad y diversidad».

La cultura culinaria belga tiene insertada la cerveza hasta el fondo. Productos de panadería y confitería, quesos amasados con cerveza y marinado de carnes y fiambres son algunas de las aplicaciones que este preciado líquido tiene en su gastronomía.

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