PAPA FRANCISCO

Iglesia Católica prohíbe esparcir ceniza de difuntos y tenerlas en casa

Un nuevo documento aprobado esta mañana por el Papa Francisco prohíbe expresamente estas dos prácticas que se extienden ampliamente en todo el mundo aunque permite la cremación.

Foto: Wikimedia Commons.
Foto: Wikimedia Commons.

La cúpula romana considera en el nuevo edicto que algunas prácticas como la cremación «están en desacuerdo con la fe de la Iglesia». La Congregación de la Doctrina de la Fe redactó el nuevo documento titulado «Instrucción Ad resurgendum cum Christo» respecto al anterior de 1963.

En el papel se explica que la Iglesia sigue prefiriendo la sepultura de los cuerpos y niega que la cremación sea un método aceptable, y mucho menos esparcir las cenizas y conservarlas en un frasco en las casas.

«Para evitar cualquier malentendido panteísta, naturalista o nihilista, no se permite la dispersión de las cenizas en el aire, en la tierra o en el agua o en cualquier otra forma, o la conversión de las cenizas en recuerdos conmemorativos, en piezas de joyería o en otros artículos», reza el documento.

Se le negarán exequías

El documento es categórico en la prohibición y además advierte que, en caso de que una persona haya sido cremada, los sacerdotes deberán prohibir el acceso de las exequías, las honras fúnebres que se brindan al fallecer.

El Santo Oficio emitido este martes en el Vaticano establece que las exequías se brindarán solamente en contadas excepciones y específicas circunstancias y cuando una persona las pidas «por piedad o cercanía». Así lo afirmó el consultor de la Congregación de la Doctrina de la Fe, el español Ángel Rodríguez Luño en una rueda de prensa en la presentación del documento.

«Para la Iglesia Católica, la conservación de las cenizas en un lugar sagrado puede ayudar a reducir el riesgo de sustraer a los difuntos de la oración y el encuentro de los familiares y de la comunidad cristiana», agregó Rodríguez Luño.

La Iglesia pretende entonces «evitar la posibilidad del olvido, la falta de respeto y los malos tratos» e insinúa que algunas prácticas fúnebres pueden llegar a ser «inconvenientes y supersticiosas», por ello concluyen que «las cenizas del difunto deberán mantenerse en un lugar sagrado, o sea un cementerio, una iglesia o un área específicamente destinada a la fin».

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