LIBIA

Cinco años después de la muerte de Gadafi Libia está sumergido en el caos y la pobreza

Muammar Gadafi fue asesinado el 20 de octubre de 2011 y occidente celebró la 'nueva página' que se abría en la vida de Libia. Sin embargo a cinco años de su muerte el país está cada vez más sumergido en el caos y la pobreza.

Cinco años después de la muerte de Gadafi Libia está sumergido en el caos y la pobreza.
Cinco años después de la muerte de Gadafi Libia está sumergido en el caos y la pobreza.

Hace exactamente cinco años el exlíder libio Muammar Gadafi fue asesinado por un grupo de rebeldes luego de que un ataque aéreo de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), dirigido por Estados Unidos atacara su caravana fuera de su ciudad natal de Sirte y lo dejara herido.

Desde su muerte Libia ha estado sumergida en el caos con una economía cada vez más caída. La guerra civil se adueñó de esa nación del norte de África convirtiéndola en bastión de los grupos yihadistas en esa zona del continente. A principios de esta semana, aviones de combate estadounidenses lanzaron 30 ataques aéreos contra posiciones del Daesh (autodenominado Estado Islámico) en Sirte que actualmente es el feudo de la milicia yihadista en Libia.

En 2011 los líderes occidentales, sobre todo de Francia y el Reino Unido, celebraron la muerte Gadafi y la ‘nueva página’ que se abría en la vida del país. Sin embargo el hecho de que cinco años después cazas estadounidenses estén aún combatiendo a una milicia terrorista demuestra que la intervención de la OTAN en el país no tuvo el resultado que habían imaginado.

En abril de este año, el presidente de EE.UU., Barack Obama, admitió que su mayor fracaso como presidente fue no pensar en las consecuencias de la intervención en Libia, después de la cual el país se vio sumido en el caos. «[Mi peor error fue] probablemente no planificar el día de después de la intervención en Libia, cosa que creo que había que hacer», reconoció Obama en una entrevista con Fox News.

Hoy Libia tiene tres gobiernos que no se reconocen entre sí: dos en la capital, que compiten por el liderazgo en el oeste del país, y otro en Tobruk, que domina las regiones del este y controla los principales recursos petroleros.

De los dos en Trípoli, el primero se formó tras un fallido acuerdo de paz auspiciado por la ONU y firmado en diciembre por miembros del antiguo gobierno de la capital y una pequeña parte del Parlamento desplazado en Tobruk. Este tiene el apoyo de Naciones Unidas, EE.UU. y la Unión Europea, pero no cuenta con el respaldo popular y de la legitimidad que le tiene que proporcionar la citada Cámara.
Mientras que el segundo se conoce como Congreso Nacional General (CNG), una entidad de ideología islamista que gobernó durante los primeros años el país pero que no reconoció el resultado de los comicios celebrados en 2014.

El tercero, se opone a los dos gobiernos de la capital y es liderado por el mariscal Jalifa Hafter, un antiguo miembro del gobierno de Gadafi, ya reclutado en la década de los ochenta por la CIA y convertido en el principal opositor en el exilio,

Crisis económica

Además del caos político, el país norteafricano atraviesa una dura crisis financiera. «La economía libia está derrumbándose», alertó recientemente el Banco Mundial (BM).

Libia posee las mayores reservas probadas de petróleo de África, cerca de 48.000 millones de barriles, pero, debido a la guerra civil, más del 75% de los depósitos no se explotan. Después del 2011, las exportaciones de petróleo se han reducido de 1,6 millones a entre 200.000 y 300.000 barriles diarios.

Las pérdidas acumuladas en términos de ingresos petroleros están estimadas en más de 100.000 millones de dólares desde el comienzo de 2013, según el director de la Compañía Nacional del Petróleo (NOC), Mustafá Sanalla.

De acuerdo con el BM se ha producido «una pérdida considerable del poder adquisitivo» con un aumento del 31% en los precios de los alimentos durante el primer semestre del año, lo que ha afecta directamente el bolsillo de los habitantes. Además hubo una suspensión de los subsidios estatales para la compra de bienes de consumo popular en el extranjero perjudicando aún más la calidad de vida de los libios.

Esa situación, sumada a la guerra interna condujo a otro de los grandes problemas que atraviesa Libia que fue en primer lugar la migración interna y luego al éxodo de libios hacia Egipto, Túnez, Argelia y Europa a través del mar Mediterráneo.

Desde la muerte de Gadafi las cifra de desplazados ha aumentado a más de 500 mil libios que buscan librarse de la inseguridad reinante en su país.

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