Pese a los reclamos de Israel, la Unesco adoptó la nueva resolución sobre Jerusalén Este

El texto fue propuesto por Argelia, Egipto, Líbano, Marruecos, Omán, Catar y Sudán y fue examinado por los 58 miembros del consejo ejecutivo de la organización para la educación, la ciencia y la cultura de la ONU.

El jueves pasado se había registrado una primera votación en comisión donde 24 países votaron a favor, seis se pronunciaron en contra y hubo 28 abstenciones despertando la indignación de Israel que anunció rápidamente que suspendería su cooperación con el organismo como señal de protesta.

Un portavoz de la Unesco comunicó que este martes ninguno de los Estados miembros del Consejo, reunidos en una asamblea primaria pidió la reapertura del debate y por lo tanto el texto fue confirmado sin la necesidad de una segunda votación.

Para el adjunto al embajador palestino de la Unesco, Mounir Anastas, la resolución «recuerda a Israel que es la potencia ocupante en Jerusalén este y le pide que cese los abusos». Mientras que para el embajador de Israel en el organismo, Carmel Shama Cohen la Unesco «no es un buen lugar para resolver los problemas entre países o pueblos» y consideró que la organización debería más bien servir para construir «puentes» entre palestinos e israelíes.

La resolución

Jerusalén este es la parte palestina de la ciudad ocupada desde 1967 por Israel, y anexionada posteriormente, y que los palestinos quieren que sea la capital de su futuro Estado.

La ONU considera ilegal esta anexión de Jerusalén este, que alberga la vieja ciudad y sus murallas, sitio inscrito en la lista del patrimonio mundial de la Unesco. Allí, se encuentra la ultrasensible Explanada de las Mezquitas, tercer lugar santo del islam, pero también lugar más sagrado para los judíos, al que llaman Monte del Templo.

La nueva resolución valoriza el vinculo histórico de Palestina e ignora la relación judía con la Explanada. El contenido señala que Jerusalén es sagrada para las tres religiones monoteístas mayoritarias: el judaísmo, el cristianismo y el islam pero subraya que la Explanada, que los judíos denominan Har HaBayit (Monte del Templo en hebreo), es sagrada solo para los musulmanes, y no incluye en ningún momento su denominación en hebreo ni su equivalente en inglés (Temple Mount).

En ningún momento la resolución se refiere a la explanada bajo la denominación Monte del Templo, y designa en primer lugar por su nombre árabe (Al buraq) al atrio del Muro de los Lamentos, poniendo «muro de los Lamentos» entre comillas. Para los responsables políticos israelies, esta terminología equivale a negar el vínculo entre los judíos y el Monte del Templo.

«Decir que Israel no tiene relación con el Monte del Templo y el Kote (muro de los Lamentos) es como decir que los chinos no tienen relación con la Muralla China», había denunciado el primer ministro Benjamin Netanyahu la semana pasada.

Por su parte la directora general de la Unesco, Irina Bokova tomó distancia de la situación y dijo que «el patrimonio de Jerusalén es indivisible» considerando que «cada una de las comunidades tiene derecho al reconocimiento explícito de su historia y su relación con la ciudad».

En ese sentido manifestó antes de la segunda votación que «negar, ocultar o querer borrar una u otra de las tradiciones judía, cristiana o musulmana, pone en peligro la integridad del sitio y va en contra de los motivos que justificaron su inscripción en la Lista del Patrimonio Mundial»,