Reforma educativa de Michel Temer despierta rechazo en el Congreso y la sociedad

El Gobierno de Michel Temer, que asumió el poder tras la destitución de Dilma Rousseff el pasado 31 de agosto, avanzó mediante una Medida Provisoria, algo similar a un decreto, en una reforma educativa que no cuenta con el apoyo de la población.

De acuerdo con un comunicado divulgado por el Ministerio de Educación, el decreto responde a la necesidad de dar prioridad al aprendizaje del alumno con el propósito de que los jóvenes no abandonen la escuela y de ofrecerles oportunidades «equivalentes» a las que se pueden encontrar «en los principales países».

Temer citó como ejemplo los buenos resultados educativos de Corea del Sur desde que implementó una educación de tiempo integral, que implica la extensión de la jornada escolar. En ese sentido su reforma propone que a lo largo del curso escolar se deberán impartir 1.400 horas lectivas, en vez de las 800 actuales. Para ello el Gobierno anunció una inversión de 1.500 millones de reales (468 millones de dólares) en la educación secundaria, aunque no especificó cómo lo harán.

Además de la extensión horaria la reforma plantea alteraciones importantes en los contenidos. Prevé la no obligatoriedad de asignaturas como sociología, filosofía, educación física y artes, algo que según el propio Temer otorgará “flexibilidad curricular” a los estudiantes para elegir sus asignaturas.

Asimismo se considera la posibilidad de que las clases puedan ser dictadas por “profesionales de notorio saber” sin que sea necesario que sean docentes, y se prevé eliminar el español para dar prioridad al inglés.

Críticas

La reforma educativa de Temer, que tiene previsto entrar en vigor en 2018 ha recibido grandes críticas desde su anuncio, no sólo por sus medidas sino por la falta de debate en la sociedad y con los diferentes actores involucrados como estudiantes, docentes y pedagogos.

En Sao Paulo y otras ciudades brasileñas ya se han organizado manifestaciones en su rechazo.

Valeria Morato, presidenta del Sindicato de Profesores de Minas Gerais consideró que reforma responde a los intereses del gran capital, y busca formar personas para el mercado de trabajo que no tengan una comprensión clara de la nación por eso quitan obligatoriedad a las asignaturas sociales. Mientras que sobre la prioridad a la enseñanza del inglés aseguró «No quieren que dialoguemos con los pueblos de América Latina».

En el mismo sentido Emerson Santos, presidente de la Unión de Estudiantes Secundarios de Sao Paulo, manifestó que la reforma educativa implica una formación masiva de mano de obra barata especializada.

En el Congreso también la iniciativa ha despertado polémica, principalmente dentro de la oposición. Elque puede dar o no aprobación a esta medida, quedó fijado para después de las elecciones municipales que tendrán lugar este domingo 2 de octubre.
La candidata a la alcandía de Rio de Janeiro,Jandira Feghali (PcdoB-RJ) consideró que se trata de “un nuevo absurdo del gobierno golpista. Un tema de esa complejidad no puede ser discutido de forma apresurada, sin un amplio debate de la sociedad. Y los cambios propuestos son un desastre para la educación. Imagina dejar de lado disciplinas de Filosofía, Sociología, Educación Física y Artes… Es un retroceso profundo que precisamos impedir”.

Por su parte el disputado Jean Wyllys (PSOL-RJ) consideró que “Hay varios aspectos que son muy malos para la educación, y hay otros que merecen ser discutidos, pero el problema principal es que no se hace una reforma de la educación con una medida provisoria. Esa decisión es un símbolo del desprecio por la democracia de este gobernar golpista y autoritario. Una reforma de la educación se hace oyendo a los educadores, a los estudiantes, los padres, los centros de estudiantes, la sociedad civil. Es inadmisible que eso se hecho de forma tan abrupta e improvisada”.

El senado brasileño abrió una consulta pública para conocer la opinión de la población respecto a la reforma y hasta ahora 62.718 personas se expresaron en contra frente 2.896 que la aprueban.