Fin de la guerra para Colombia: el Gobierno y las FARC firmaron el Acuerdo Final de Paz
El presidente colombiano, Juan Manuel Santos y el jefe máximo de las Farc, Timochenko, firmaron este lunes en Cartagena el histórico acuerdo de paz alcanzado en La Habana tras cuatro años de negociaciones, que pone fin a 52 años de confrontación armada en el país sudamericano.
Este lunes 26 de setiembre pasará a ser un día histórico para Colombia, ya que el presidente Juan Manuel Santos, y el jefe máximo de la guerrilla de las Fuerzas Revolucionarias y Armadas de Colombia (FARC) firmaron el acuerdo final de paz para poner fin a más de medio siglo de conflicto armado en el país sudamericano.
La histórica ceremonia tuvo lugar en el Patio de Banderas del Centro de Convenciones de Cartagena de las Indias ante la presencia de más de 2 mil 500 invitados vestidos de blanco, como símbolo de la paz, entre ellos 15 presidentes y 27 cancilleres, además del rey Juan Carlos de España.
El acuerdo es fruto de casi cuatro años de diálogos y negociaciones entre el Gobierno colombiano y las FARC que usaron como sede La Habana y llegaron a su fin el pasado 24 de agosto cuando se anunció la firma de un acuerdo final para declarar la paz en Colombia.
El texto se firmó con un «balígrafo» como lo bautizó el presidente Santos, que no es más que un bolígrafo armado a partir del casquillo de una bala usada en combate que fue recogida por las autoridades, y forma parte de un proyecto del Ministerio de Educación para celebrar la paz en el país y concientizar sobre la necesidad de que el Estado dedique más recursos a la educación y la defensa.
Ahora para que el pacto de paz, que ya fue aprobado por la X Conferencia Nacional de las FARC, en lo que puede haber significado su última conferncia como guerrilla, entre en vigor deberá ser ratificado por el pueblo a través de un plebiscito que tendrá lugar el próximo domingo.
El conflicto armado y social en Colombia ha dejado ocho millones de víctimas, entre ellas 260 mil muertos, 45 mil desaparecidos y 6,9 millones de desplazados.
Santos: «Yo prefiero un acuerdo imperfecto que salve vidas a una guerra que siga sembrando muerte»
El presidente colombiano manifestó que con el acuerdo el bien y la paz habían ganado: «Hoy, al firmar el acuerdo de terminación del conflicto con las FARC, decimos esperanzados que ha sido un surco de dolores, de víctimas y muertes pero hemos podido levantarnos sobre él para decir que el bien germina ya, la paz germina ya».
A su vez señaló «Hemos sufrido por 52 años un conflicto armado por hijos de una misma nación, pero el problema viene desde más allá» y aseguró «han sido casi 70 años de violencia política, desde el magnicidio de Gaetán, desde cuando los colombianos nos enfrentábamos siguiendo una bandera roja o una bandera azul».
Por eso para ahora pidió «no más guerra», y rindió un homenaje a los combatientes caídos durante la guerra, también homenajeó a las defensores de los derechos humanos a quien prometió «No más asesinados en una guerra absurda, ni policías, ni campesinos, ni guerrilleros. Las nuevas generaciones de Colombia destinarán sus energías al desarrollo del país».
Mientras que resaltó la voluntad de los guerrilleros de las Farc para llegar a un acuerdo de paz. «Cuando emprende su camino a la legalidad… como jefe de Estado, le doy la bienvenida a la Democracia. Cambiar la bala por votos, la bala por las ideas» dijo.
También ofreció un homenaje al equipo negociador del Gobierno con las Farc que «hizo posible el acuerdo de paz».
Y notoriamente emocionado manifestó. «Al terminar este conflicto, termina el último conflicto armado en la historia de la guerra occidental…nos quedan muchos retos por vencer, pero lo haremos mucho mejor sin el freno de una guerra absurda que consumía nuestros recursos», y afirmó «La paz de Colombia es la paz de todo el continente».
El mandatario dio las gracias a Dios y al Papa Franciso y saludó a las víctimas del conflicto armado y social, a quienes definió como el centro de las negociaciones de paz en La Habana.
«Colombianos cesó la horrible noche… los invitó a todos a que abramos los brazos para recibir el nuevo día… el amanecer de la paz, el amanecer de la vida», concluyó el presidente.
En el medio de su discurso santos aprovechó para exhortar a los colombianos a votar por el Sí, en el plebiscito del domingo: «Con su voto da el poder de darle a sus hijos un país en paz… Los colombianos elegirán el domingo entre la pobreza que deja la guerra y las oportunidades que trae la paz… Todo acuerdo de paz es imperfecto… yo prefiero un acuerdo imperfecto que salve vidas a una guerra que siga sembrando muerte».
Timochenko: «Ofrezco perdón a todos los que sufrieron en esta guerra»
Por su parte el jefe de las FARC Rodrigo Londoño, alías Timochenko aseguró que tras la firma de paz nadie debe dudar del compromiso de dejar las armas para avanzar hacia la lucha legal y la expansión de la democracia. «Que nadie dude que vamos hacia la política sin armas. Preparémonos para desarmar nuestros corazones», dijo.
Y pidió que el acuerdo de paz colombiano sea un ejemplo para el mundo: «Nosotros vamos a cumplir y esperamos que el gobierno cumpla. Nuestras satisfacción es enorme al constatar que el fin del conflicto de paz en Colombia sea ejemplo para el mundo».
Mientras que consideró que «el tratado de paz en Colombia aspira a sellar para siempre la vida de las armas» y pidió perdón a los colombianos y afirmó: «En nombre de las Farc-EP ofrezco perdón a todos los que sufrieron en esta guerra».
El líder de las FARC-EP enfatizó que este acuerdo de paz no significa que el socialismo se comienza a reconciliar con el capitalismo, sino que todo lo contrario dijo y aseguró que sus miembros no han renunciado a sus ideas y que, por medio de la política, irán denunciando la injusticia y la desigualdad.
En ese sentido manifestó que en donde plante sus pies un miembro de las FARC-EP habrá un hombre dispuesto a dialogar, un hombre sencillo, humilde, dispuesto a trabajar por un nuevo país de modo pacífico.
Timochenko también reconoció la labor del presidente Juan Manuel Santos para los diálogos de paz y lo calificó como “un valeroso interlocutor capaz de sortear con entereza las presiones y provocaciones de sectores belicistas”.
Y consideró sobre el final que el Estado colombiano debe comprometerse a proscribir la violencia y la persecución contra el opositor político y cerró su intervención exclamando. «Qué Dios bendiga Colombia, ¡se acabó la guerra!».
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