Teresa de Calcuta es canonizada entre alabanzas y críticas

En la Plaza de San Pedro, corazón de la micronación vaticana, Jorge Mario Bergoglio pronunció en latín la fórmula ahora escrita en el Libro de los Santos que declaró oficialmente a Teresa de Calcuta como santa.

Delegaciones oficiales de todo el mundo, junto a unos 100.000 feligreses católicos, presenciaron la beatificación. Francisco hizo un homenaje especial a las 1.500 personas sin hogar que llegaron de todo Italia en ómnibuses, y que la curia vaticana invitó a comer pizza posterior al evento.

«La madre Teresa hizo sentir su voz ante los poderosos de la tierra para que reconocieran sus culpas ante los crímenes de la pobreza creada por ellos mismos», aseguró el sumo pontífice. 

A Teresa se le achacan dos milagros, no en India y otro en Brasil, y el riguroso proceso de revisión de los casos dio como positiva la supuesta intervención de la religiosa, originaria de la actual Macedonia.

Una santa rodeada de críticas y oscurantismo

Debido a lo que representó y su popularidad mundial, también se vio envuelta en críticas por las prácticas médicas en sus obras de caridad y hasta se le acusó a su organización de malversar millones de dólares en fondos.

Para los detractores de sus obras, los métodos utilizados al atender a los enfermos de lepra o terminales de distintos padecimientos, eran arcáicos y agravaban el sufrimiento.

Otras críticas de la Nobel de la Paz 1979 fueron bastante más duras, pues se le relacionó con dictadores, multimillonarios y personajes corruptos de todo el mundo. «Era una fanática religiosa amiga de dictadores, ricos y corruptos. A los pobres les pidió resignación y los ayudó a morir, pero sin darles cuidado profesional”, dijo a la BBC Aroup Chatterjee, doctor oriundo de India residente en Londres. El médico es autor del libro Mother Teresa The Final Veredict (Madre Teresa, El Veredicto Final) y estuvo detrás del documental Hell´s Angel (Angel del Infierno), realizado por el científico, divulgador médico y abiertamente ateo Christopher Hitchens.

«Convertir (al catolicismo) a un moribundo, es un comportamiento de una gran bajeza», sentencia Chatterjee.

Hitchens, por su parte, aseguró que la religiosa y sus asistentes en las obras de caridad se negaban a suministrar analgésicos y calmantes para los fuertes dolores de enfermedades terminales.

Una de las anécdotas más reconocidas de Teresa de Calcuta habla de la conversación entre un periodista y la religiosa, en la que el hombre le aseguró que «yo no haría eso ni por un millón de dólares» (refiriéndose a las obras de caridad con enfermos y pobres), a lo que ella respondió: «yo tampoco lo haría por un millón de dólares», pues realizaba todas sus obras sin costo alguno para los beneficiarios, y ella nunca cobró ningún salario y honorario.

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