BREXIT

La Libra Esterlina volvió a caer y empujó al ministro de Economía británico a dar mensajes de tranquilidad en un clima de nerviosismo

Así como no se detienen los peores presagios políticos sobre el Reino Unido tras la decisión de los británicos de alejarse de la Unión Europea, su moneda, la Libra Esterlina y que se defendió estoicamente frente al Euro durante muchos años, ahora no deja de caer.

El Brexit ha tenido consecuencias nefastas en las bolsas a nivel mundial. Foto: Pixabay.
El Brexit ha tenido consecuencias nefastas en las bolsas a nivel mundial. Foto: Pixabay.

Este lunes, la moneda que tiene en todas sus valores la imagen de la Reina cayó de nuevo y a su peor nivel de los últimos 30 años frente al dólar, a causa de la incertidumbre causada por el Brexit. Hay que recordar que la libra ya había caído el viernes a su más baja cotización en 30 años frente al dólar. A partir de la victoria de los partidarios del Brexit en el referéndum del jueves 23 de junio, la libra ha perdido más de 9% respecto al euro.

Previsiones

El ministro de Economía del gobierno británico, George Osborne, quiso poner paños fríos a los mercados locales e internacionales asegurando que la moneda mantiene su «fortaleza» y que  la economía del país ayudará a afrontar las dificultades relacionadas con el Brexit.

Sin embargo, y hablando ante operadores bursátiles, Osborne admitió que es «inevitable» que la economía tendrá que ajustarse a la nueva situación pero envió un mensaje a los empresarios de que la economía es «fundamentalmente fuerte» y «está abierta a los negocios».

El establishment británico sabe que los vaivenes económicos dependen casi exclusivamente de la política y no de la economía, y si éstas repercusiones son pasajeras o duraderas.

La caída en el valor de la libra esterlina y de las bolsas globales fue severa y los recuerdos de momentos de crisis como después de la bancarrota del banco de inversión Lehman Brothers o la cesación de pagos de Grecia retornan a la memoria de los operadores bursátiles.

El Banco de Inglaterra y los bancos centrales de otros países indicaron su disposición a prestar a los bancos los montos que necesiten para financiar cualquier salida repentina de fondos. Los rendimientos de los bonos soberanos británicos cayeron, en lugar de subir, lo que indica que no hubo una fuga repentina de capitales lo que es visto como una muy buena señal en un mar de incertidumbres.

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