Denuncian falta de voluntad para investigar a altos funcionarios y miembros del Ejército mexicano sobre paradero de estudiantes de Ayotzinapa
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) denunció la falta de voluntad de las autoridades mexicanas para investigar a altos funcionarios y de miembros del Ejército, sobre el destino de los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, y el intento del gobierno para sostener la tesis de que los normalistas fueron quemados en un basurero.
Este domingo se conoció el último reporte de los expertos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos sobre la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa.
Los expertos indicaron en el informe que la versión oficial de que entre los días 26 y 27 de septiembre de 2014 los 43 estudiantes fueron asesinados y quemados en el basurero de la municipalidad de Cocula y sus restos metidos en bolsas y tirados a un río, “fue sustentada con testimonios de personas con serios indicios de tortura” y con elementos que no tienen sustento científico”
“Al menos 17 detenidos habrían sido torturados”, según análisis de reportes médicos.
Los investigadores indican que “no hay ninguna evidencia científica que sostenga la versión del basurero, salvo los testimonios de los torturados”.
Por otro lado, en el primer informe se hablaba de un “ataque coordinado en al menos nueve puntos”, mientras que en el nuevo reporte se constata que la planificación fue mayor, ya que “se extendió por 80 kilómetros, incluida la localidad de Huitzuco, cuya policía también participó en los hechos”.
También se ha indicado que hay “numerosas constancias de que la Policía Federal y el Ejército estuvieron enterados en tiempo real de lo que pasaba en Iguala”, en el nuevo informe se cuestiona la actuación de los federales ya que “omitieron, desfiguraron o mintieron en sus informes”, informó AP.
“La Policía Federal se encargó de organizar retenes y desvíos carreteros que esquivaban la escena de al menos un ataque. También, que bajaron a otros jóvenes del llamado quinto bus y escoltaron ese vehículo hasta la salida de la ciudad. Ese autobús pudo haber estado involucrado en el negocio del tráfico de heroína entre Iguala y Chicago y ser tomado por error por los estudiantes”, se indica.
Falta de voluntad
Por otro lado, se denuncia la “falta de voluntad para investigar a altos funcionarios, a miembros del Ejército, o a actores clave a los que todavía no se ha interrogado, así como la dispersión del caso en expedientes distintos”.
Se refieren a la utilización de “formalismos legales para obstruir y demorar la entrega de información, y de no investigar la hipótesis de que el tráfico de heroína en autobuses de Iguala a Estados Unidos como móvil de los crímenes aunque ello, por lo cuantioso de ese negocio, podría explicar la magnitud del ataque”.
Los expertos aseguran en que “no hay pruebas que indiquen que entre los alumnos hubiera narcotraficantes infiltrados, como la investigación oficial sugirió en un primer momento”.
En el informe se evidencia que “los supervivientes fueron tratados mal por la Policía Federal y el Ejército, que no les resguardó ni quiso colaborar en el traslado de heridos graves”.
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