ABANDERADA

Nadadora siria que salvó los refugiados que naufragaron con ella en el Mar Egeo, competirá en los Juegos Olímpicos de Rio

Yusra Mardini, se llama la joven siria que llevará la bandera de los refugiados en los Juegos Olímpicos de Rio, y que protagonizó uno de los incidentes dramáticos de la crisis en el Mediterráneo cuando el bote en el que huía con otros migrantes, quedó al garete y a punto de naufragio en medio del mar.

Yusra Mardini junto a su padre (izq) y el ex campeón alemán de water polo, Hagen Stamm. Foto:  Mirko Seifert.
Yusra Mardini junto a su padre (izq) y el ex campeón alemán de water polo, Hagen Stamm. Foto: Mirko Seifert (tomada del fanpage oficial)

Yusra, hija de un entrenador de natación, recibió de su padre que está refugiado en Jordania, el dinero necesario para pagar a los traficantes su salida de la zona de crisis, después que todas sus expectativas para salir adelante en Siria, se derrumbaron con la guerra. Yusra había integrado la selección nacional de nadadores sirios, y en 2012 compitió en el Mundial de Pileta Corta de Estambul, en las pruebas de 200 y 400 metros libres. Pero como toda una generación de deportistas sirios, su futuro estaba truncado.

Su padre logró enviarle los 9.000 dólares para pagar su escape rumbo a Grecia, pero el bote en que viajaba con otros 15 migrantes, fue abandonado en medio del Mar Egeo por los traficantes, cuando la balsa inflable comenzó a hundirse con el motor roto. Se lanzó al agua con su hermana Sarah, y otros dos hombres tan anónimos como arriesgados, y con unas cuerdas comenzaron a arrastrar el bote. Demoraron tres horas y media en aproximarse a la costa, donde fueron rescatados.

La odisea camino de los Juegos Olímpicos

Siguiendo la ahora cerrada Ruta de los Balcanes, la joven logró atravesar Macedonia, Serbia, Hungría y Austria, hasta que con su hermana llegaron a Alemania. En un campo de refugiados señaló que sabía nadar, demostró sus capacidades y fue contactada con el club Spandau 04, en Berlín.

El fondo de emergencias del Comité Olímpico Internacional (COI), que apoya atletas desplazados, y el club berlinés dispusieron lo necesario para que la nadadora siguiera su carrera deportiva, pero además anunciaron que no solamente participará de competencias en los próximos Juegos Olímpicos de Rio, sino que será abanderada de la delegación internacional.

Su caso ha convocado la atención mundial a tal punto que el Spandau 04, ha debido limitar las entrevistas de prensa con la joven para que pueda concentrarse en su lugar de entrenamiento, una piscina construida para los Juegos Olímpicos de 1936, aún en operaciones.

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