ONU exige apoyo global contra el Estado Islámico por crímenes de “lesa humanidad” y apunta a “accesos a financiamiento” del terrorismo
El Secretario General de Naciones Unidas advirtió al Consejo de Seguridad, sobre la necesidad de mayor cooperación global para enfrentar al Estado Islámico (EI), ante los manifiestos “crímenes de lesa humanidad” que sigue cometiendo, y reconoce causas de la demora para derrotar a la yihad, aunque sin especificar nombres de los responsables en Occidente.
El encargado de Asuntos Políticos en la ONU, Jeffrey Feltman, presentó ante el Consejo de Seguridad, un documento del Secretario General, Ban Ki-moon donde prioriza la cooperación internacional como forma de derrotar lo antes posible al Estado Islámico.
“Pese a los esfuerzos militares y financieros para enfrentarlo, este grupo sigue siendo una de las mayores amenazas para la paz mundial”, sentencia el documento, que prioriza como causas de la expansión que ha logrado el EI, los “accesos a financiamiento” con que siguen contando los terroristas, instando a los Estados miembros de ONU a “potenciar el intercambio de inteligencia financiera”, mediante los cuales la yihad sigue teniendo recursos para comprar armas de todo tipo y pagar a los reclutas y mercenarios.
La ONU no cita en particular ninguna entidad, empresa, ni razón social de Occidente que esté lucrando en base al petróleo que explota el EI en los territorios que ocupa –su principal fuente de ingresos- ni tampoco dónde es que estaría comprando las armas que emplea cada vez en mayor cantidad.
Un discurso sin mayores precisiones de responsabilidad
La ONU ha instando a “potenciar el intercambio de inteligencia financiera, los controles fronterizos dirigidos a evitar el flujo de nuevos integrantes y la vigilancia sobre el empleo de las modernas tecnologías de la comunicación y la información como propaganda”, como maneras prioritarias de enfrentar al terrorismo islámico, pero sin apuntar específicamente a fuente alguna en particular.
Convoca además a los miembros para que “ayuden a prevenir el extremismo violento”, así como a atender los problemas sociales y económicos, que entiende se encuentran en las raíces mismas del fenómeno.
Apuntó en esa línea que el EI y sus filiales cuentan con unos 30.000 combatientes extranjeros de 100 países, y que no solo están ocupando territorios en Irak y Siria, sino que se expandieron en Libia y Yemen.
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