AUTOMOTORES

Presidente de Volkswagen niega conocer la megaestafa en controles de polución y apunta a sus ingenieros

La trama apunta a romperse una vez más por lo más fino del hilado y ahora el presidente de Volkswagen, declara ante el Congreso de Estados Unidos, que nadie del directorio sabía que se adulteraba el hardware de millones de vehículos –abaratando costos- y que el asunto fue iniciativa de ingenieros que –per se- decidieron la adulteración.

Por espacio de dos horas el Comité de Energía y Comercio de la Cámara de Representantes del Congreso de EE.UU., recibió al presidente del Grupo Volkswagen en ese país, Michael Horn, que debía responder preguntas de los congresistas sobre las acciones del Grupo Volkswagen en el escándalo con la manipulación del software en vehículos gasoleros, para eludir los controles de emisiones contaminantes que debían pasar para salir al mercado.

Horn reconoció que el objetivo del software ilegal en los motores diesel vendidos entre 2008 y 2015 fue para ocultar a la Agencia de Protección Ambiental que los automóviles no cumplían las normas de emisiones de gases de efecto invernadero, pero dijo que en lo personal, recién se enteró del asunto el pasado 1º de septiembre, dos días antes que VW admitió la manipulación. Horn dijo que sabía que no estaban cumpliendo con “alguna de todas las normas sobre emisiones”, pero desconocía el alcance del tema.  «En ese momento, no tenía ni idea de que era un aparato para manipular emisiones y no tenía ninguna indicación al respecto. Yo no soy ingeniero”, se excusó. Atribuyó específicamente a “un par de programadores en Alemania” lo ocurrido y dijo que no hubo una decisión corporativa ni de la dirección.

Las consecuencias se extenderán al menos hasta 2017

Horn reconoció no obstante que al menos hay tres generaciones de motores afectados y que la solución para eliminar el software ilegal, y acatar las normas estadounidenses sobre emisiones, solo podrá actualizarse de manera rápida recién en los modelos 2015 y 2016. Los demás -unos 430.000 de los 500.000 vehículos colocados en Estados Unidos-  se plantea una solución mucho más complicada porque exige la instalación de nuevos equipos y no sería posible al menos hasta 2017. Esos automóviles seguirían así, emitiendo niveles de gases cancerígeno, hasta 40 veces más elevados de lo permitido, cuando menos hasta 2017.

Desde los legisladores se elevaron voces coincidentes tanto sobre la responsabilidad de VW tanto con el gobierno federal como con los compradores, y varios dejaron entrever sus dudas acerca de la falta de responsabilidad corporativa y que el asunto fue solamente por obra y gracia de un par de ingenieros en Alemania como asegura el máximo ejecutivo de la compañía en EE.UU.

*Vídeo propiedad de EFE.

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