El Mago de Oz y el patrón oro

El mago de Oz es uno de los cuentos infantiles más famosos del siglo pasado. Lo que no se sabe es que detrás de la historia existen numerosas referencias políticas y económicas sobre la situación de Estados Unidos a finales del siglo XIX y principios del siglo pasado, y el protagonismo no será de Dorothy, sino del patrón oro.

El el camino de baldosas amarillas, Dorothy hace tres amigos;  Un espantapájaros sin cerebro, un hombre de hojalata y un león cobarte. Todos representan a personajes populares de la época. Foto: Wikimedia Commons.
El el camino de baldosas amarillas, Dorothy hace tres amigos; un espantapájaros sin cerebro, un hombre de hojalata y un león cobarde. Todos representan a personajes populares de la época. Foto: Wikimedia Commons.

En ningún caso está confirmado. Se trata de una teoría que se remonta al mundo académico de los años sesenta. El economista Gregory Mankiw, profesor de Harvard, recoge en su libro de Macroeconomía la posibilidad y la utiliza de una forma didáctica.

El autor del libro “Mago de Oz”, el periodista L. Frank Braun, defendió que simplemente era un cuento, pero en su obra periodística siempre fue bastante activista. Otros académicos como el premio Nobel Paul Krugman también apoyó la teoría de que en el cuento se esconden objetivos políticos.

El primero que podemos encontrar es el contexto. El libro fue publicado en septiembre del 1900. En Estados Unidos se vivía un periodo de deflación, con los precios cayendo un 23 por ciento entre el año 1880 y 1896. Este colapso de precios tuvo grandes consecuencias políticas y económicas, principalmente una redistribución de la riqueza entre los diferentes acreedores, los banqueros del noreste de Estados Unidos, y los deudores, los granjeros del sur y el medio oeste. Fue el origen del movimiento populista en Estados Unidos, cercano al partido demócrata y que representaba los intereses de los agricultores y los pequeños propietarios, en contra de las grandes oligarquías y terratenientes, siendo más cercanos al partido republicano.

Durante esa época, reinaba el patrón del oro. Pero el metal no era muy abundante, lo que dificultaba bastante la creación de dinero respaldado por el oro. Una de las soluciones que se planteó fue establecer un patrón bimetálico entre el oro y la plata, que de manera inmediata haría aumentar la oferta de la moneda y así conseguir la salida de la deflación. Este fue uno de los ejes centrales de la campaña electoral de 1896. Los candidatos eran William McKinley, por el bando republicano y el partidario del patrón oro, y por el otro lado William Jennings Bryan, por el bando demócrata que propulsaba el patrón bimetálico.

Cómo se plasma esta situación dentro de la historia del Mago de Oz. En primer lugar, el propio nombre del país, Oz. Oz es la abreviatura de “ounce”, onza en inglés, la medida más popular que se utiliza para medir el oro, y parece la metáfora más obvia y evidente. Pero todo el cuento se puede interpretar como una historia sobre la situación de entonces, donde predomina la referencia del oro, la plata y el verde, el color del dólar estadounidense.

Dorothy, la protagonista de la historia, es una huérfana de Kansas, del medio-oeste, perdida en una tierra de fantasía después de un tornado, metáfora de la existente revolución que estaba azotando al pueblo a través del movimiento populista, y que los arrancaba de sus casas. Al aterrizar la casa en Oz, mata a la malvada Bruja del Este al caer sobre ella. Esta bruja representaría a Wall Street, los acreedores y los intereses financieros, Nueva York está en el este de los Estados Unidos, donde estaban los defensores del patrón oro. Además, en inglés la pronunciación es similar entre “Witch of the East”, bruja del este, con Wall Street.

La bruja tiene esclavizados a unos personajes que se denominan munchkins, habitantes de esta tierra a los que se refiere como a la gente pequeña, por lo que con su muerte los libera, al igual que el tornado-revolución liberará a los trabajadores. Entonces aparece la Bruja del Norte, una personaje bueno, representando al votante del norte del medio-oeste, sin fuerza para contrarrestar la superioridad del este, quien le entrega los zapatos de plata a Dorothy agradeciendole por la liberación. La bruja del Norte le indica que el único camino de vuelta a casa es ir a la Ciudad Esmeralda y pedir allí ayuda al Mago de Oz. El beso que le da sería como la bendición del votante para que continuara con su camino.

Los tres futuros acompañantes de Dorothy son un granjero, un obrero y un político. Así Dorothy comienza su camino, que es de baldosas amarillas, en referencia clara al patrón oro. En él, Dorothy hace tres amigos, que también tendrán su significado. Un espantapájaros sin cerebro que representa a los granjeros del medio oeste, que a pesar de su aparente estupidez y su incapacidad de entender las causas de sus males, mantiene una cierta rectitud. Un hombre de hojalata, sin corazón y baqueteado, que sería la representación de un trabajador industrial, castigado por la depresión económica y al que los populistas buscaban como un aliado. El tercer amigo es un león cobarde, sin valor, el cual representa el propio candidato demócrata Jennings Bryan, que ruge pero que no consigue nada.

Dorothy baja al espantapájaros de un soporte, engrasa al hombre de hojalata y convence a los tres para que la acompañen a expresar sus deseos al Mago de Oz, ya que ellos mismos quieren un cerebro, un corazón y tener valor, respectivamente. Junto a ellos siempre va el inseparable perro de Dorothy, Toto. Toto es un juego de palabras de la expresión teetotaler, es el nombre en inglés que se le da a la gente que no bebe alcohol. Denominado a los prohibicionistas que eran entonces algunos de los aliados más cercanos a los populistas, y el propio Jennings Bryan que no probaba el alcohol.

Dorothy se da cuenta en Oz, del fraude y el dinero. Finalmente llegan los cuatro y el perro a la capital de Oz, la Ciudad Esmeralda, que representa a Washington, el lugar donde todos los habitantes veían el mundo a través de los cristales verdes, es decir, el dinero. Allí se encontraba con el mago, que se trataba del propio McKinley, que a pesar de las buena palabras terminaba siendo un fraude, y que pese a pensar que actuaba en beneficio de los ciudadanos resultaba ser una persona normal y corriente, más bien cruel.

Por fin, Dorothy logra volver a Kansas gracias al poder de sus zapatos de plata, y tras desenmascarar al Mago de Oz, la historia hace referencia al bimetalismo como solución a los problemas de los ciudadanos de Estados Unidos como punto medio tras un duro camino dorado, el patrón del oro. Existe una objeción a esta interpretación del Mago de Oz, pero que proviene de un error.

El error es que la famosa película del Mago de Oz fue estrenada el año 1939, y Dorothy, protagonizada por la gran actriz Judy Garland, lleva zapatos de color rubí y no de plata. Pero simplemente porque en Hollywood querrían destacar la llegada del color a sus películas, y esos zapatos de color rubí han pasado a la historia del cine casi con más fuerza que en el propio cuento.

Para resumir, sea cierta o no la interpretación de un momento histórico que fue convulso, lo que sí queda claro es que el Mago de Oz puede servir para ilustrar una época y un sistema monetario tan importante como el patrón oro.

Para finalizar, en 1986 ganó el republicano McKinley y se mantuvo el patrón oro. La inflación llegó, pero porque se descubrieron nuevas minas de oro en Australia, Sudáfrica y Alaska, y se desarrolló una técnica para cianurizar el oro, y facilitar su extracción. Como consecuencia, aumentaron la producción del oro y la oferta de la moneda, lo que derivó en incrementos de precios hasta un 35% entre los años 1986 y el año 1910.

 

Raúl Jaime Maestre
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