ONU confirma que el Estado Islámico dinamitó el Tempo de Bel, la “perla del desierto” en Palmira y Patrimonio de la Humanidad
Con varias series de imágenes satelitales, la Organización de Naciones Unidas confirmó la destrucción del mayor santuario de la antigua ciudad siria de Palmira –el Templo de Bal- cuya demolición había sido anunciada por el Estado Islámico como parte de su campaña de eliminar templos paganos.
“Podemos confirmar la destrucción del principal edificio del templo de Bel, además de una hilera de columnas colindante”, informó el Instituto de las Naciones Unidas para Formación Profesional e Investigaciones (UNITAR), que mostró imágenes satelitales previas y posteriores al lunes pasado, cuando los yihadistas anunciaron que estaban dinamitando el complejo arqueológico.
Imágenes del satélite correspondientes al 27 de agosto muestran claramente el templo, una estructura rectangular con un perímetro de columnas, pero en fotos similares del lunes a la tarde solamente son visibles ya algunas columnas situadas en un extremo del obrador.
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos había anunciado ya el domingo que el grupo extremista islámica había hecho estallar partes del templo de Bel.
La “perla del desierto” era lo más impresionante de Palmira
Los arqueólogos considera que “la perla del desierto”, como era conocido el Templo de Bal, era una de construcciones más representativas del arte oriental y el arte greco-romano combinados, una de las más raras y exclusivas conjunciones de esta índole que la historia reportaba.
Considerado junto al templo de Baalbek (en el Líbano), de los dos más bellos que era posible encontrar de esa época. Su construcción iniciada en el año 32 después de Cristo, llevó más de un siglo, y conservaba pese a sus dos milenios prácticamente todos los elementos clave como altar, columnas y demás.
Antes de que el Estado Islámico ocupara la zona, e inclusive antes que se desatara la guerra civil en Siria, más de 155.000 turistas visitaban el emplazamiento cada año.
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