Arranca una de las mayores fiestas populares del mundo: los “sanfermines” con mortales corridas de gente y toros

Como cada 6 de julio, el Chupinazo da comienzo a las fiestas de San Fermín, a la que asisten centenares de miles de visitantes en lo que ha dejado atrás la tradición que se remonta a las ferias de julio del siglo XII, en homenaje al patrón de los navarros, pero cuya actualidad parece mucho más profana. Así lo ironiza el diario El País de España que recuerda a los visitantes por estas horas: “No te vistas de blanco y te pongas pañuelo rojo pensando que es nuestra vestimenta tradicional, herencia de remotos ancestros. Nos disfrazamos así multitudinariamente solo desde hace unos 40 años, desde que llegó el turismo de masas, igual que en ¡Bienvenido, Mister Marshall! se vestían de flamencos. La ropa blanca la compramos en hipermercados y viene de China o Bangladés”, dice el matutino.

Un recorrido que surgió de una necesidad

Las corridas de San Fermín, nacieron en 1385 y se cumplen como una tradición según los guías de turismo, aunque todo parece haber tenido un origen más ordinario: la necesidad de llevar los toros del campo a los chiqueros de la plaza, en un recorrido que si bien es el mismo desde 1852, se hacía con fines puramente ganadero-comerciales.

Sea como haya sido, a las doce en punto en la plaza del Ayuntamiento de Pamplona, el grito ritual de ¡Pamplonesas, pamploneses, iruñarrok !Viva San Fermín! ¡Gora San Fermín!, abrió paso a una literal catarata de champán, sangría, vinos (y hasta bebidas no alcohólicas, se ríen los locales) para que el calor tórrido de la plaza diera paso a la algarabía.

Como novedad –que los extranjeros visitantes en absoluto advirtieron- en un mástil del Ayuntamiento ha flameado la ikurriña, la bandera vasca que, por decisión del nuevo alcalde, Joseba Asiron, ha hecho ondear las cinco banderas en tanto «representa a un sector mucho más amplio de la sociedad» y “es un símbolo de cambio”, aseguró.