Francisco y la utopía de la Paz

 

 

 

Francisco comenzó su Papado bajo el signo de la «Franciscomanía”, fenómeno sociológico que logrará que una persona sin conocimiento previo de los entresijos del Poder Vaticano se convierta en icono de la juventud, insufle vientos de cambios y devuelva la ilusión y la esperanza a unos fieles sumidos en la perplejidad y la desilusión tras la significativa erosión de la imagen de la Iglesia Católica debido a los lacerantes episodios de acusaciones de pederastia, ilegalidades en la Banca Vaticana e intrigas palaciegas de la Curia Romana (trama de filtraciones conocida como “Vatileaks”) ,que hicieron retrotraer a la Iglesia Católica a escenarios del siglo XIII y a la vigencia de las ideas de Francisco de Asís.

Francisco ha impuesto un estilo apologético diametralmente opuesto al de sus predecesores al humanizar la dignidad del Pontificado con su aspecto bondadoso y sus gestos de amistad y cercanía, imagen que se extendió a todo el orbe cristiano tras su primera aparición en el balcón de la Plaza de San Pedro tras su elección y que sería fruto del bagaje adquirido en el ejercicio de su misión pastoral como Cardenal Emérito de Buenos Aires , despojándose en suma de la máscara hierática que hasta entonces había simbolizado la figura Papal. Así, Bergoglio, adoptó el nombre papal de su admirado Francisco de Asís (il poverello d’Assis) y nada más ser elegido Papa, exclamó: “Cómo me gustaría una Iglesia pobre y para los pobres”, frase que sería un guiño al espíritu de pobreza de los primeros cristianos y a los ideales de justicia social de Monseñor Romero, quien hace tres décadas decía: “La misión de la Iglesia es identificarse con los pobres”, así como un mensaje de esperanza para los que todavía sueñan con hacer factible las utopías tanto en América Latina como en el resto del orbe, de lo que serían paradigma su implicación personal en la búsqueda de soluciones pacíficas a los enquistados contenciosos EEUU-Cuba y Palestina-Israel.

Francisco y Oriente Próximo

La estrategia de EEUU, Gran Bretaña e Israel de implementar el llamado “caos constructivo” en Oriente Próximo y Medio estaría ya en marcha y tendría su plasmación en países como Irak , devenido en Estado fallido y desangrado por la reavivación de la guerra civil chií-suní; en la endémica división palestina plasmada en la imposible reconciliación nacional de las facciones de Hamás y la OLP; en la anarquía reinante en Libia con el wahhabísmo salafista instaurado en Trípoli mientras grupos takfiríes (satélites de Al-Qaeda), dominan tribalmente el interior de Libia ; en la aplicación de la yihad suní contra el régimen laico de Al Assad y sus aliados chiíes, Irán y Hezbolá y por último en un Líbano, dividido por las luchas intestinas y presto para ser fagocitado por los ideales expansionistas de Israel, quedando el régimen teocrático chíita del Líder Supremo Ayatolah Jamenei como única zona todavía impermeable a la estrategia balcanizadora de EEUU, Israel y sus aliados occidentales.

En este convulso escenario geopolítico, la decisión del Papa Francisco de convocar una jornada de ayuno y oración invitando expresamente a unirse a esta iniciativa “ a los hermanos cristianos no católicos, a los que pertenecen a otras religiones y a los hombres de buena voluntad”, (invitación a la que tanto el Gran Muftí de Damasco, Ahmad Badreddin Hassou, líder espiritual del Islam sunnita, como el patriarca ecuménico de Constantinopla, Bartolomeo I habrían respondido expresando su gratitud por la convocatoria), habría sido todo un misil en la línea de flotación de la estrategia de Israel en la zona. Así, Francisco inició una ofensiva diplomática en toda regla para evitar la guerra en Siria, enviando un mensaje a Putin y los jefes de estado reunidos en el G-20 y convocando a todos los embajadores con acreditación ante la Santa Sede para que “eviten un conflicto militar en Siria”, pues según Francisco “el diálogo y la negociación es el único camino para la paz, basado en un nuevo sistema de relaciones de convivencia basadas en la justicia y en el amor.
Respecto al constencioso palestino-israelí, Mahmud Abbas (Abu Mazen), arquitecto de los Acuerdos de Oslo firmados en 1993 y decidido partidario del diálogo para abordar el eterno conflicto con Israel a pesar de estar desacreditado ante sus compatriotas por limitar un futuro Estado Palestino a las fronteras previas a 1.967 y ser detestado por sus rivales de Hamás que le consideran un presidente ilegítimo desde que su expiró su mandato, habría implementado una vía diplomática alternativa a las negociaciones con Israel. Así, tras conseguir en 2012 en la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) el reconocimiento de Palestina como Estado Observador (138 votos a favor, nueve en contra y 41 abstenciones), en la actualidad 135 países habrían ya reconocido la existencia de un Estado Palestino según la OLP, acción diplomática que contaría con el visto bueno del Gobierno de Obama, quien ha advertido repetidamente a Israel en contra de autorizar asentamientos en las zonas sensible de Jerusalén Este y Cisjordania porque haría casi imposible la creación de un Estado palestino anexo.

La entente Obama-Francisco

Obama habría encontrado en el Papa Francisco un estrecho colaborador en su ardua tarea de sustituir la diplomacia de las armas por el diálogo y el consenso. Así, Francisco habría participado discretamente en la secreta negociación llevada a cabo entre Cuba y EEUU para romper el deshielo entre ambos países mediante el intercambio de Alan Gross y un oficial estadounidense por tres miembros de “Los 5” . Asimismo, tras el anuncio por el Vaticano del próximo reconocimiento del Estado de Palestina, Francisco recibió en el Vaticano a Abbas y le involucró de nuevo en la enésima búsqueda de una solución pacífica del contencioso palestino-israelí (“Eres como un ángel de la Paz”), pues tanto Francisco como Obama comparten la creencia que no habrá paz definitiva mientras no se reconozca por ambas parte la existencia de Dos Estados (Israel y Palestina), doctrina que sería un misil en la línea de flotación del nuevo Gobierno de Netanyahu. Así, antes de las recientes elecciones, Netanyahu reafirmó “el derecho del pueblo judío a construir en Jerusalén”, (lo que se traduciría en la construcción de 1.000 nuevas viviendas en Jerusalén Este), pues según sus palabras “hasta los palestinos saben que esos lugares quedarán bajo la soberanía israelí bajo cualquier tipo de arreglo” incluida una sección que une el bloque de asentamientos de Maaleh Adumin y Jerusalén. El proyecto de nuevos asentamientos israelíes en la zona llamada E1, un corredor de una superficie de 12 km2 entre Jerusalén y Jericó, en el valle del Jordán que uniría Jerusalén Este con la colonia Maale Adumim, es extremadamente peligroso para una Paz futura, pues cortaría Cisjordania en dos y aislaría a Jerusalén, comprometiendo la viabilidad de un futuro Estado palestino, pues para Israel, el objetivo es crear «continuidad territorial entre la colonia Maale Adumim en Cisjordania, donde viven cerca de 35.000 personas, y los barrios de colonización de Jerusalén Este”, dándose la paradoja de que en el 2005, Israel quiso transferir a esta zona el cuartel general de la policía para Cisjordania e implantar unas 3.500 viviendas y un centro comercial pero el proyecto fue congelado por presiones de la administración del entonces Presidente George W. Bush y el mismo Benjamin Netanyahu,( entonces ministro de Finanzas) , viajó al lugar donde iban a construirse las viviendas para denunciar esta decisión).

Según el censo elaborado por el Ministerio de Interior israelí, cuando se suscribieron los Acuerdos de Oslo (1.993), unos 250.000 colonos poblaban los territorios ocupados mientras que en la actualidad serían más de 700.000 colonos que extenderían sus tentáculos por Cisjordania (140 asentamientos entre los que descollarían Hebrón y en especial el valle del Jordán que domina la mitad fértil de río y sería una verdadera avanzadilla para controlar la frontera de Jordania) además de Jerusalén Este y los Altos del Golán, aunado con la prevista culminación del Muro de Cisjordania que incluiría aproximadamente el 10% del territorio de Cisjordania, incluida Jerusalén Este donde unas 60.000 casas palestinas podrían ser demolidas al carecer de permisos oficiales. Desde que en 1967 el Partido Laborista impulsó los asentamientos, el Estado israelí se habría gastado la friolera cifra de 7.500 millones € y dado que el 75% de los colonos son ultra ortodoxos (más de 500.000), en los últimos años se habría desarrollado en los territorios ocupados de Palestina una peligrosa simbiosis entre los líderes políticos de los colonos y los rabinos que han predicado durante décadas su oposición a cualquier compromiso territorial con los palestinos y han tratado de dar una justificación religiosa a la ilegal ocupación israelí de los territorios palestinos. Así, rabinos extremistas israelíes entrenarían a los colonos en escuelas ubicadas en los asentamientos construidos ilegalmente en Cisjordania y la ciudad de Al-Quds (Jerusalén) para que cometan actos terroristas contra los palestinos de la ocupada Cisjordania , según ha informado los servicios de seguridad general de Inteligencia judío (Shabak) en un informe publicado en la página Web ‘Israelí Central Issues’.

Sin embargo, la página digital del periódico israelí lengua española, aurora-israel.co/il, denuncia que “ la política aislacionista del primer ministro, Biniamín Netanyahu, parece estar en las antípodas de los fundadores del sionismo, tales como Teodoro Herzl y Chaim Weizmman, que incluyeron al movimiento dentro del espectro progresista en el campo de la diplomacia, con lo que la pregunta es si puede revertirse peligroso el aislamiento diplomático de Israel con una política que sea contraria al inmovilismo y el encerramiento”. Así, Netanyahu aspira a resucitar el endemismo del Gran Israel (Eretz Israel), ente que intentaría aunar los conceptos antitéticos del atavismo del Gran Israel (Eretz Israel), lo que supondría la restauración de la Declaración Balfour (1.917), que dibujaba un Estado de Israel dotado de una vasta extensión cercana a las 46.000 millas cuadradas y que se extendía desde el Mediteráneo al este del Éufrates abarcando Siria, Líbano, parte noriental de Irak , parte norte de Arabia Saudí , la franja costera del Mar Rojo y la Península del Sinaí en Egipto así como Jordania, que pasaría a denominarse Palesjordán tras ser obligado a acoger a toda la población palestina de las actuales Cisjordania y Gaza forzada a una diáspora masiva ( nueva nakba), contado para ello con la ayuda inestimable de unos colonos que teledirigidos por la minoría ultra ordodoxa serían la avanzadilla de Netanyahu en sus ideales expansionistas. En consecuencia, Francisco se habría convertido en un obstáculo para el Gobierno Netanyahu, no siendo descartable la gestación de una trama que mediante métodos expeditivos intentará acabar con el Pontificado del Papa Francisco y reconducir a la Iglesia Romana a la senda de los pontificados tutelados por el verdadero poder mundial en la sombra ( establishment anglo-judío)

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