EN COLOMBIA

Avalancha en Antioquia: 63 muertos y decenas de heridos; Santos declara “calamidad pública”

Al menos 63 personas murieron y aún se desconoce el número de desaparecidos en la peor catástrofe natural registrada en Colombia en los últimos años, cuando una avalancha de barro y piedras, se llevó por delante la localidad de Salgar, un pequeño pueblo de 18.000 habitantes en el departamento de Antioquia, al noroeste colombiano.

El presidente Juan Manuel Santos ha declarado el estado de “calamidad pública” para disponer que todas las facilidades posibles sean enviadas cuanto antes a la zona, las más desde Medellín, ubicada a unos 97 quilómetros del lugar de la tragedia.

Todo comenzó sobre la noche del domingo cuando intensas lluvias provocaron deslizamientos superiores en el cauce de la quebrada Liboriana, los que terminaron bloqueando con un dique las aguas. Pero la presión del agua acabó detonando sobre el embalse formado produciendo un alud de barro y piedras gigantesco que cayó sobre el pueblo a las tres de la madrugada siguiente. Las toneladas de barro arrastraron consigo las casas, los vehículos, cultivos y todo lo que encontraron en su camino, particularmente en el sector conocido como Las Margaritas, dejando tras de sí una tragedia absoluta.

Se desconoce aún el número de desaparecidos

Decenas de rescatistas trabajaron desde apenas horas después de conocida la catástrofe en el lugar, y refuerzos desde otras áreas iban llegando en helicópteros. la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), reconoció que fallecieron 63 personas, hubo 37 heridos en su mayoría que no revisten peligro de vida, y un número indeterminado de desaparecidos. Cientos de personas perdieron sus hogares.

“Quiero decir a todos los que han sido afectados que les vamos a reconstruir sus viviendas para que queden inclusive mejor de lo que estaban antes de este desastre», dijo el presidente Santos, que viajó de inmediato a Salgar. Acompañado del gobernador de Antioquia, Sergio Fajardo, el mandatario convocó a la “fortaleza y templanza para tratar de hacer del desastre una oportunidad y salir adelante”.

Media docena de helicópteros militares, medio batallón del Ejército y más de un centenar de efectivos de la Policía Nacional especializados en búsqueda y rescate, continuaban trabajando incesantemente procurando establecer si alguien había podido salvarse que no hubiera sido aún detectado. Mientras tanto funcionarios técnicos intentaban restaurar los servicios de electricidad, agua potable y gas, lo antes posible.

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