Yihadistas atacan a tiros una exposición de caricaturas de Mahoma y son abatidos por la Policía

La muestra de caricaturas, era un concurso que había sido objeto de múltiples amenazas y denuncias desde sectores islámicos, en tanto se considera que la representación gráfica de Mahoma, es un pecado gravísimo y una de las ofensas más graves que se pueden cometer contra los islámicos.

Un comunicado oficial emitido después del ataque por las autoridades explicó que los dos atacantes muertos, llegaron manejando hasta la puerta del edificio Culwell Event Center, donde la exhibición, que tenía en ese momento unos 200 asistentes, estaba por concluir. “Ambos estaban armados, comenzaron a tirar e hirieron a un guardia. La policía disparó a los atacantes y fueron muertos”, señala la versión oficial. El guardia fue internado fuera de peligro.

A media mañana del lunes, la cadena ABC dijo que uno de los atacantes había sido identificado como Elton Simpson, de 30 años, del Estado de Arizona, que había estado en la cárcel por “terrorismo”, y se encontraba bajo libertad provisional. Supuestamente el FBI seguía los pasos del excarcelado, añadió  la fuente. Los federales, con un equipo antibombas revisaron la casa de Simpson, un departamento en un bloque de viviendas en el norte de Phoenix. Todo apunta que Simpson fue la persona que estuvo enviando tuits antes del ataque usando el hashtag  #TexasAttack, hasta media hora antes del asalto.

La exposición había generado fuertes polémicas

De hecho la Policía había dispuesto el más fuerte operativo de que se tenga memoria en la ciudad, después que seguidores del Estado Islámico, publicaron en las redes sociales exhortaciones contra la muestra. La exposición que tenía más de 350 caricaturas de Mahoma, procedentes de todo el mundo, que competían por un premio de 10.000 dólares, había sido organizada por el American Freedom Defense. La entidad había organizado el concurso, poco después que se produjera la matanza en la revista satírica Charlie Hebdo, en Paris.

La exhibición se había llevado adelante entre fuertes controversias de los vecinos: mientras parte del pueblo abogaba por la libertad de expresión, otros afirmaba que compartían el hecho, pero no llevar a la sumamente pacífica ciudad a un riesgo inédito.

De hecho se habían contratado decenas de Policías auxiliares, y se gastaron 10.000 dólares en seguridad adicional, según informó la presidenta de la organización Pamela Gellar, quien dijo que lo ocurrido era “una muestra de una guerra contra la libertad de expresión”.