SISMO

Más de mil europeos desaparecidos en Nepal tras el terremoto que alcanza ya 6.500 muertos y 14.000 heridos

Las autoridades de Europa comienzan a sentir la presión de sus medios de prensa que les instan a aumentar la colaboración en Nepal, y no solamente por la tragedia que vive la nación de los Himalayas, sino para que ubiquen a más de mil ciudadanos del viejo continente, desaparecidos en algún lugar de la nación arrasada.

Foto: AFP

“La verdad es que no sabemos dónde están y en algunos casos ni siquiera dónde podrían estar”, ha dicho en Katmandú la representante de la Unión Europea en Nepal, Rensje Teerink, advirtiendo la imposibilidad de mejorar la búsqueda al menos de momento.

La mayoría de los europeos han desaparecido en las rutas de trekking en los Himalayas, y las posibilidades de hallarlos con vida se relativizan con el correr de las horas. Muchos de los turistas además, no había anticipado ninguno de sus posibles recorridos antes las embajadas, lo que hace peor todavía la búsqueda.

Mientras tanto en Katmandú siguen apareciendo –casi milagrosamente- más personas vivas debajo de los escombros y los rescatistas no pierden la esperanza de hallar todavía sobrevivientes. 600.000 viviendas se han destruido, y al menos 2 millones de personas necesitan con urgencia carpas, abrigo y comida, mientras se intenta recomenzar algún orden en un país de 8 millones de habitantes, de los cuales más de la cuarta parte fueron afectados por el sismo.

2.000 millones de dólares necesita un país demasiado pobre

Considerado uno de los países más pobres del mundo, Nepal necesitará al menos 2.000 millones de dólares para reconstruir las infraestructuras y edificios dañados, una expectativa demasiado remota, no solo para las autoridades, sino más aún para los cientos de miles que deambulan a la búsqueda de algo que llevarse a la boca y dónde dormir la próxima noche.

En Katmandú, se están cremando cadáveres en forma masiva para evitar una peste; cientos abandonaron ya la capital, con la expectativa de viajar a casas de parientes o amigos en zonas rurales, donde la supervivencia básica rural se les presenta como mejor que las expectativas citadinas de falta de agua y alimentos.

Viajar aún es demasiado complicado sin embargo, ya que la mayoría de las rutas del país están afectadas seriamente, algunas inclusive impidiendo todavía saber que pasó en las altas montañas, adónde solamente algunos helicópteros han logrado acercarse. Otras localidades no permiten ni así acceder a ellas y se teme que haya pueblos borrados del mapa, aún sin descubrir.

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