Pekín le niega derecho al Dalai Lama a no reencarnarse y ordena seguir la tradición: en Tibet creen que él decidirá
Después que el máximo líder religioso tibetano anunciara que la reencarnación del Dalai Lama es una simple tradición y que no piensa continuar con ella, Pekín dijo que el tema “debe ser aprobado por el Gobierno central”, lo que generó una ola de reacciones entre los seguidores. Ahora el Karmapa Lama, “segundo” en la línea religiosa tibetana afirma que el único que decidirá en definitiva será el propio Dalai, más allá de lo que piensen las autoridades comunistas de Pekín.
La situación se originó cuando el Premio Nobel de la Paz, dijo en un programa de televisión británico que podría no haber un sucesor para el Dalai Lama, ya que se trata solo de un cargo, e incluso “sería mejor” terminar con esa tradición que “es bastante popular”, pero tampoco definitoria.
Sin embargo el gobierno de Pekín, que rechaza la independencia del Tibet, por la que aboga el Dalai Lama, ha dicho que la decisión será del gobierno comunista. “La reencarnación del Dalai Lama debe ser aprobada por el Gobierno central, no por otros, ni siquiera por el propio Dalai Lama. Políticamente hablando, ha traicionado a su país. Religiosamente, ha traicionado al budismo tibetano y el sistema de sucesión del Dalai Lama que requiere unos rituales estrictos”, sentenció Zhou Weiqun, director del comité de Asuntos Religiosos y Étnicos de China, ante el plenario anual de la Asamblea Nacional Popular.
La defensa desde el centro de los religiosos
Ahora, Ogyen Trinley Dorje, -el Karmapa Lama- uno de los líderes religiosos tibetanos, “mano derecha” del Dalai Lama, ha dicho que “en las tradiciones tibetanas no se habla mucho de la reencarnación de un maestro vivo. Pese a ello, se están generando muchas cuestiones. Desde mi punto de vista, sólo el Dalai Lama puede decidir sobre su reencarnación”. En declaraciones a la radio Free Asia, el Karmapa reiteró su “absoluta confianza en la decisión” que el máximo líder adopte y rehusó entrar en debate acerca de las potestades que el gobierno chino pudiera tener para ordenar al Dalai que se reencarne. “Confío en su decisión”, sentenció.
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