EN CHINA

Gobierno de Pekin duplica incentivos para entierros marinos a falta de espacios en los cementerios

Las autoridades funerarias estatales en la capital de China han duplicado los incentivos a los familiares de personas fallecidas cuyo destino final sea en los mares del país, para evitar el inminente colapso de los cementerios, ya desbordados en las ciudades del país.

Los chinos creen desde tiempo inmemorial que si una persona no recibe un funeral y un entierro debidos, se convertirá en un fantasma, capaz de acarrear la mala suerte para toda la familia.

Según informa esta semana The Beijing News, los familiares que permitan enterrar a sus deudos en el mar, pasarán a recibir 4.000 yuanes (unos 330 dólares), en lugar de los 2.000 con que el Estado los compensaba hasta ahora. La tradición china apunta desde hace milenios que los muertos deben ser enterrados junto a sus parientes y ancestros, y la gente visita las tumbas de los familiares el “Qingming Jie” (o Día del barrido de las tumbas), que este año el calendario lunar lo ha fijado en el equivalente al 5 de abril.

Los chinos tienen ancestrales ritos que cumplen aún por millones a rajatabla para con sus parientes fallecidos, pero el tema de la tierra destinada a los cementerios, es uno de los más problemáticos durante las últimas décadas. La expansión de las ciudades, que han invadido literalmente áreas llenas de tumbas, sin que las autoridades pudieran evitarlo, se ha convertido en un serio dolor de cabeza para la creciente urbanización de millones de seres provenientes del área rural, y que provocan una de las emigraciones más grandes de los últimos tiempos a nivel planetario.

Uno de los problemas mayores es que cuánto más alto se entierra a alguien, mejor será para ellos en la próxima vida, lo que genera que las familias ricas tengan laderas y hasta colinas, destinadas a honras fúnebres. Por el contrario lanzar las cenizas al mar, constituye para la antigua tradición una suerte de falta de respeto por el que partió.

Los tiempos cambian, las costumbres se modernizan

Los chinos creen desde tiempo inmemorial que si una persona no recibe un funeral y un entierro debidos, se convertirá en un fantasma, capaz de acarrear la mala suerte para toda la familia. Hasta los más pobres en China, gastan parte de sus ahorros no solo en esas honras fúnebres, sino que incluso queman billetes de dinero que servirán al difundo en su próxima vida.

En 1956, Mao Tse Tung, dispuso que las honras fúnebres eran un despilfarro económico, y las sustituyó por simple cremación, pero con los movimientos contrarrevolucionarios, muchos volvieron a las antiguas prácticas. Sin embargo la semilla de la Revolución ya había prendido y lentamente al primero más acelerado después las costumbres también en la materia están cambiando.

Ahora con la nueva recompensa, se añaden también deudos que pueden participar de la ceremonia en el mar de forma gratuita; hasta seis familiares pueden acompañar gratuitamente este último viaje. Esparcir las cenizas en el mar, es algo además absolutamente nuevo que recién cuenta con veinte años de práctica, algo que ya han llevado a cabo los familiares y amigos de unos 11.000 pekineses, los primeros en partir por el mar.

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