RECORDATORIO

Doodle de Google para Emmy Noether, matemática alemana que revolucionó el álgebra

Nacida el 23 de marzo de 1882, en Alemania, Emmy Noether pertenecía a una familia de matemáticos judíos, y debió enfrentar múltiples adversidades de corte tradicionalista en su época que le impedían avanzar en sus estudios y carrera, pero finalmente logró superarlos al punto que Albert Einstein la calificó como “la genio creativa de las matemáticas más significativa desde que comenzó la educación superior para las mujeres”.

Doodle de Google para Emmy Noether, matemática alemana que revolucionó el álgebra

Emmy provenía de tres generaciones de matemáticos y su padre era profesor en la universidad de Erlangen, pero los duros prejuicios de la época le impidieron entrar como estudiante regular al nivel terciario, y debió contentarse con asistir como oyente a las cátedras de su progenitor. Sin embargo con el tiempo dos mujeres, Emmy entre ellas, lograron que se las matriculara, en medio de una población estudiantil de un millar de varones.

Doctorada con un trabajo sobre la “construcción de los sistemas formales de las formas ternarias bicuadráticas”, su tesis fue de tal nivel que la invitaron a dictar conferencias en universidades de Baja Sajonia. Así y todo, no pudo ser profesora y solamente se le permitió dar clases como “docente asistente” en un nivel no oficial, básicamente debido a la fuerte oposición de los profesores de la época.

Sin embargo sus trabajos durante la segunda década del siglo XX, revolucionaron aspectos del álgebra abstracta, y sus conclusiones abarcaron el campo de la física, donde un teorema lleva su nombre. El mismo refiere a la invariabilidad de las leyes físicas con respecto a cualquier transformación y la ley de conservación de la magnitud física. En las aulas universitarias, el tema se formula sintéticamente como que a “cada simetría le corresponde una ley de conservación. Y viceversa”.

Los nazis en el poder la expulsan de la universidad

Pese a ser catalogada entre los mejores cerebros matemáticos de su época, el advenimiento de los nazis al poder con la ley de Restauración del Servicio Civil, hizo que fuera expulsada de la universidad debido a su ascendencia judía. Invitada por la Universidad de Moscú, trabajó allí durante un tiempo. Expulsada definitivamente de Gotinga, emigró a Estados Unidos, donde rápidamente logró ascender en los estratos universitarios hasta ser aceptada en Princeton, donde descolló aunque no fuera bien aceptada «por una universidad de hombres, donde no se admitía a ninguna mujer”, según escribió.

Falleció en 1935 después de una intervención quirúrgica de la que salió sin mayores inconvenientes, pro falleció cuatro días más tarde por un colapso circulatorio.

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