Estrenan “Invasión”, cuando los marines de EE.UU. derrocaron a Noriega en Panamá e hicieron una masacre
A un cuarto de siglo de ocurrida –fue en 1989- la invasión de Panamá apenas es mencionada en la historia de las masacres contemporáneas, pese a que ocurrió en plena Hispanoamérica, y dejó según algunos cálculos 8.000 muertos civiles que fueron bombardeados y masacrados por los marines de Estados Unidos.
Panamá vivía bajo la dictadura del general Noriega, que había sido buen discípulo de la CIA estadounidense para la que trabajó, y cuando volvió a Panamá logró hacerse con el poder.
Para muchos sin embargo y más allá de la inconstitucionalidad de su mandato, Noriega era el único hombre en décadas que intentó oponerse a que Washington le dijera todo lo que tenía que hacer al presidente de turno en Panamá. Noriega –actualmente condenado en una prisión de EE.UU.- había sido favorecido por Estados Unidos para llegar al poder, pero no hizo todos los deberes.
En vez de derrrocarlo del mismo modo que a tantos otros en Centroamérica, Washington decidió una operación que se llamó “Causa Justa”, con la que para muchos pretendía por esos días hacer “sentar cabeza” a los múltiples gobiernos de corte izquierdista que comenzaban a ganar elecciones en los países americanos.
El documental que recuerda un baño de sangre sin razón
Los marines en resumidas cuentas fueron a buscar a Noriega, algo que no era difícil en absoluto, y para ello arrasaron Panamá. Los panameños se opusieron a ver su territorio invadido –incluso los opositores a Noriega en general- y el saldo fue de casi 8.000 civiles muertos, según fuentes panameñas, de unos 200 “daños colaterales”, según los reportes del Ejército de Estados Unidos.
En ese escenario es que el director panameño Abner Benaim, desarrolla este documental coproducido con Argentina, para lograr 93 minutos que la crítica latinoamericana ( no la estadounidense) ha considerado de muy buena factura. Los testimonios, el bombardeo, los invasores, las anécdotas de vida y muerte, todo pasa por la cámara de un hombre que siente en carne propia el pesar de sus conciudadanos, por una tragedia que dejó huellas profundas en Panamá, pero que en Estados Unidos –su autor- nadie recuerda ya.
La promoción del olvido, es tan efectiva desde la central del imperio, como el promover entretenimiento que haga de sus tropas paladines de justicia.
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