Marcha por fiscal Nisman: piden veedor de Comisión Interamericana de Derechos Humanos

Decenas de miles secundaron a los fiscales que encabezaron la marcha en pleno centro porteño y a quienes acompañaban la ex esposa y la hija mayor del fallecido.

“En Argentina, y en esta coyuntura judicial, política y mediática, no están dadas las garantías para una investigación totalmente imparcial y sin riesgos para cumplir los fines del debido proceso”, dijo la ex esposa del fiscal Nisman, la jueza de San Isidro, Sandra Arroyo Salgado. La mujer había dicho antes que “de ningún modo” aceptaba “la posibilidad de un suicidio y menos con un arma de por medio”.

Las intensas lluvias sobre Buenos Aires, no impidieron que una marcha sumamente extensa, frente a la que los fiscales y familiares sostenían una pancarta que rezaba: “Homenaje al fiscal Nisman. Marcha del silencio”, desfilaran durante horas, por la Avenida de Mayo.

Mientras la Policía Federal calculó que había unas 50.000 personas, la Policía Metropolitana “calculó la concurrencia en más de 400.000 personas” según publica Clarín de Buenos Aires, a los que la versión añade “los 15 mil que se juntaron frente al Monumento a la Bandera de Rosario. Y cientos de argentinos que viven en el exterior expresaron su bronca frente a los consulados, bajo la nieve de Washington o frente al piquete policial de París”.

La otra cara del asunto

Para Página 12 por el contrario “miles de personas, de una composición social similar a la de los cacerolazos”, marcharon con “la oposición en segunda línea que buscó rédito en los medios”. Para el diario se violó con “algunos cantitos” la consigna de marcha del silencio y además  “hubo carteles y cantos que apuntaban contra la presidenta Cristina Fernández de Kirchner mencionando una supuesta responsabilidad en la muerte de Nisman”, puntualiza.

Para el diario la asistencia fue “claramente menor a otras convocatorias opositoras masivas durante el kirchnerismo” y anota que la mayor parte de los participantes eran de un “promedio de edad y poder adquisitivo de medio tirando a alto”.

Reconoce no obstante las cifras de la competencia en la prensa: para las fuerzas de seguridad había 60.000 personas y para la Policía Metropolitana (“que fue modificando los números siempre para arriba”, advierte) llegaron a 400.000.

Hubo nutrida concurrencia en la columna de AMIA y DAIA, apunta el matutino, pero no estuvieron representados los familiares de las víctimas del ataque del 18 de julio de 1994 a la AMIA, quienes de forma casi unánime se negaron a participar.