ECONOMÍA

FMI quiere cobrar a Grecia más allá de cambios y Atenas amenaza con irse del euro

En clima de máxima tensión política, el Fondo Monetario Internacional se solidarizó con los países de la Unión Europea, con Alemania a la cabeza, que quiere cobrar la deuda de Grecia sometiéndola a más restricciones.

La directora gerente del FMI, Christine Lagarde, que se niega a renegociar la deuda griega por las “consecuencias” que pudiera tener afirma ahora que los planes de ajuste, para otros países, son reemplazables por políticas de crecimiento.

La titular del FMI dio su apoyo a los ministros de Finanzas del Grupo de los 20, reunidos en Turquía, para una nueva estrategia de crecimiento, pese a que en Europa el Fondo sigue manteniendo (como integrante de la troika) las máximas restricciones al gasto para países endeudados. Para Lagarde el crecimiento global podría aumentar un 2%, con millones de nuevos puestos de trabajo en el próximo quinquenio. “Si no actuamos, podríamos ver cómo la economía global sigue encallada en las aguas poco profundas de un crecimiento débil con escasa creación de empleo. Las políticas monetarias siguen siendo esenciales para apoyar la demanda en muchos países”, advirtió la jerarca.

Sin embargo ello no refleja el espíritu de los 19 países de la zona euro, enfrascados en Bruselas en una solución para el tema de Grecia, que amenaza con salirse del euro. En marzo vencen 1.400 millones de euros de deuda con el FMI, además de otros 1.000 millones con acreedores varios.

La propuesta griega que puede hacer reaccionar a España e Italia

Grecia exige que se deroguen como mínimo la tercera parte de las medidas que le impuso la troika, y sustituírlas por otras que supervise la OCDE; la mayoría de esas medidas como congelación salarial, despidos compulsivos y privatizaciones ya están siendo aplicadas, más allá de la opinión de los acreedores.

Otra base es disminuir el objetivo del superávit en 3 puntos –con lo que quedaría en el 1,4%- lo que es calificado como “espacio fiscal” por Atenas, para implementar medidas que contengan las necesidades de los griegos sometidos a terribles desajustes en sus economías de bolsillo. Además se reclama que los países “ricos” de Europa compren papeles griegos a corto plazo, por hasta 8.000 millones de euros, los que ayudarían a solventar 10.000 millones de euros que el erario griego debe pagar en el corto término.

Por último aspiran a quitas que dejen en cifras razonables la actual deuda griega que asciende a 320.000 millones de euros, el 175% del PBI, y para los cuales una quita de 100.000 millones, llevaría la deuda al 120% del PBI en 2020, lo que se entiende será manejable.

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