Presidenta argentina acuerda que China amplíe centrales nucleares Atucha, de seguridad cuestionada desde Uruguay

El actual complejo de Atucha, cuya seguridad motivó un “estado de alerta” en 2012, debido a la detección de fisuras en una planta idéntica en Bélgica que fue cerrada por la OCDE,  será ampliado ahora con los insumos chinos y la mano de obra argentina. La compañía estatal China National Nuclear Corporation, será la que brinde la tecnología y los argentinos se ocuparán de las obras. «Argentina busca la diversificación energética y estos acuerdos con China nos acercan hacia este objetivo», dijo Cristina Kirchner durante un encuentro con empresarios argentinos y chinos.

Uruguay ha cuestionado el estado de la central nuclear ubicada a menos de 80 kilómetros de nuestras costas, lo que llevó incluso a instalar un sistema de sensores en Colonia, capaz de detectar rápidamente eventuales fugas de radionucleidos en la atmósfera, durante el gobierno de Jorge Batlle. La información cuenta con el aval de la Agencia Internacional de Energía Atómica.

Las centrales de Atucha, tienen vasijas contenedoras holandesas de RDM (Rotterdamsche Droogdok Maatschappij), similares a la belga Doel-3, las que presentaron un defecto de fabricación  y por cuya causa se cerró la planta atómica belga. Hay 19 reactores similares funcionando en el mundo, varios ya en proceso de cierre.

Desde Greenpeace Argentina se ha cuestionado en forma permanente la energía nuclear en el vecino país no solamente por los riesgos que entienden tienen las plantas de Atucha, sino por los residuos altamente radiactivos que se generan. Recientemente el gobierno de Córdoba logró ante el imperativo de los ciudadanos que se clausurara Dioxitek, la empresa que explotaba el reactor atómico cordobés, para el que buscaron otro lugar, sin encontrarlo. «Ninguna zona del país debe asumir el riesgo que un traslado supone, ni convertirse en una nueva zona sacrificable por el peligro inherente a todo el ciclo del combustible nuclear», dijo Greenpeace.

El controvertido éxito de Cristina en la China

Mientras los medios opositores al gobierno kirchnerista se complacían en destacar una suerte de “infantiles” frases de la presidenta en Twitter (donde sustituía las “r” por las “l” en las palabras para imitar la fonética china cuando hablan español), los oficialistas reconocían como “claves” los logros en Pekín.

Argentina vuelve de China con decenas de acuerdos firmados para cooperación financiera en termoeléctrica, telecomunicaciones, infraestructura ferroviaria, represas, y en materia aeroespacial. Como corolario, China confirmó que respalda establecer una reglamentación global para la reestructuración de deudas soberanas, algo en que Argentina se encuentra empantanada debido a los juicios de los “fondos buitre”.

Para Cristina se trató de “un salto cualitativo” en la relación bilateral y negó de plano subordinación alguna al impulso de Pekín.

“Los intercambios han mutado y hay que superar la visión de Argentina como un país exportador de materias primas y la de China como uno de productos manufacturados. Quienes cuestionan la relación entre ambos países lo hacen o por desconocimiento o por intencionalidad política”, puntualizó Cristina, enfatizando que se trata de “ser socio, no cliente, con vínculos de complementariedad pero no de subordinación».