Latinoamérica “libre de pobreza extrema” y relación Cuba-EE.UU. metas de 33 naciones hermanadas en Costa Rica
La III Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) que aúna la voluntad de 33 países del continente, sin Estados Unidos ni Canadá, intentará cumplir su meta para declarar a América Latina y las naciones del Caribe “libres de pobreza extrema”, como tema central del debate. Sin embargo resulta difícil eludir que todos los mandatarios tienen su miras en el nuevo relacionamiento Cuba-Estados Unidos, potenciado por la presencia del presidente cubano, Raúl Castro, que asiste por primera vez desde que el embargo comercial fue levantado.
Para este cónclave en San José de Costa Rica, se espera reunir a la mayor cantidad de países latinoamericanos y caribeños de los últimos tiempos, incluso más que para las dos primeras cumbres. Hasta el momento, solamente los presidentes de Perú, Ollanta Humala; Paraguay, José Cartes; Enrique Peña Nieto, de México; y Cristina Fernández, de Argentina, han desistido de concurrir a la cita.
El presidente José Mujica es esperado para realizarle una despedida, en tanto será la última vez que el compatriota asista en carácter de primer mandatario.
La tercera cumbre aún siente efectos del foro CELAC-China
Buena parte de los temas que deben abordar los convocados están a expensas de resoluciones económicas, que no eluden los efectos del foro CELAC-China, que se reunierra en Pekín el mes pasado, y donde participaron casi todos los cancilleres de las naciones que ahora concurren a Costa Rica.
En esta reunión Costa Rica deja además la presidencia pro-témpore de la CELAC, la que entrega a Ecuador.
Bajo ese mandato deberán apuntarse las líneas de trabajo para concretar las intenciones de una Latinoamérica “libre de pobreza extrema”, algo que afecta a 68 millones de habitantes en la región, casi el 12% del total, más allá de la desaceleración económica que se registra este año en relación al anterior.
La CELAC ha insistido en que el organismo no entrará en competencia alguna con la OEA, aunque procurará el abordaje de los temas de la región desde una óptica más autonómica que la alcanzada cuando intervienen las grandes potencias norteamericanas en las decisiones para resolver problemas del área.
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