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Decisión que el padre esté presente en el parto puede aumentar dolores de la madre

La presencia de los padres en el momento del parto es una de las experiencias más incentivadas desde el área médica, por el aporte emotivo que significa para ambos progenitores. Sin embargo un reciente estudio en el King´s College de Londres y la Universidad de Herthfordshire, (Gran Bretaña), apunta que la presencia de algunos padres puede en realidad estimular en contrario a las madres.

Decisión que el padre esté presente en el parto puede aumentar dolores de la madre

El estudio publicado en el diario The Telegraph, asegura que si las parejas “carecen de la suficiente intimidad emocional”, las madres sufren mayores dolores durante el parto que si estuvieran acompañadas solamente del personal de clínica.

La doctora Charlotte Kraje, del Instituto de Psiquiatría ndel King´s College, encabezó la investigación, donde se aplicó un estímulo doloroso con rayo laser en el dedo de las preparturientas. El dolor no remitía e incluso se manifestaba como mayor en caso que estuvieran presentes las parejas masculinas, en aquellos casos que los interrogatorios previos habían definido que había baja o nula intimidad emocional, debido a distintos factores. “La disminución de apoyo de la pareja puede realzar la experiencia del dolor”, entienden los especialistas que apuntan a la necesidad de nuevas pruebas para confirmar la hipótesis.

El rol del padre en el parto depende también de su personalidad

Si bien la presencia paterna en el momento del parto ha sido considerada en las últimas décadas un valioso aporte a la implicación afectiva entre padre e hijo, el apoyo que esto brinda a la madre ha sido cuestionado en función de la personalidad del progenitor. Es que mientras algunos padres (llamados “activos”), colaboran en la respiración correcta de la pareja, apoyan con eventuales masajes y ayudan en el mantenimiento de la posición adecuada, otros (los “emotivos o emocionales”), si bien pueden animar en un principio a la madre en ciernes, pierden la compostura y quedan demasiado impresionados como para ir más allá e incluso deben ser retirados de la sala de partos, lo que puede confundir aún más a la ya dolorida madre. Un tercer grupo (los que se paralizan), son considerados negativos para el momento culminante, en tanto por emoción o miedo, no son capaces de contener su estado anímico y se descompensan, generando escenas harto negativas en todo el entorno.

En esa línea, los cursos de preparación para el parto, son cada vez más recomendables para ser atendidos por ambos miembros de la pareja, lo que permite consolidar en la mayoría de los casos una asistencia racional y adecuada para el momento culminante.

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