La máscara de Tutankamón víctima de una imprudencia en el museo sufre irremediable daño

El Ministro de Antigüedades de Egipto ha ordenado una investigación, después que los hechos desmintieran sus declaraciones originales de que nada había ocurrido en el museo y de que la máscara del faraón estaba en perfectas condiciones.

Ahora se conoce que hubo un terrible error de manipulación por parte de un cuidador del museo, y un accionar posterior todavía peor, que llevó a dañar para siempre la pieza albergada en el Museo Arqueológico, en El Cairo. Las autoridades egipcias en general siguen negando que haya ocurrido algo tan grave, pese a que fotos y registros muestran como la barba de Tutankamón se encuentra pegada al resto de la máscara con un pegamento del tipo “epoxy”, imposible de retirar dada la antigüedad y los materiales de la pieza de oro que representa al rey Tut.

Los arqueólogos y demás especialistas cuestionan severamente por estas horas la capacidad de Egipto para mantener este Patrimonio de la Humanidad en condiciones adecuadas.

Lo que ocurrió en octubre por cambiar una lamparita

Los sucesos se desencadenaron en octubre pasado, cuando un funcionario del museo, cambiaba una lamparita de luz en la vitrina de exposición que alberga la máscara de Tut. Al manipular inadecuadamente la pieza –que pesa unos diez quilos- se le desprendió la barba y el funcionario se aterrorizó. En vez de reconocer lo ocurrido, para enviar la pieza al taller de restauración, se ocupó por sí mismo del arreglo y pegó la parte superior de la barba a la pieza mayor con el pegamento más fuerte que encontró en el mercado: una resina epoxi, de altísimo poder y resistencia.

Pero entre la barba y la barbilla del faraón, quedó un alto sobrante del pegamento por lo que el culpable empeoró aún más las cosas: sacó las rebarbas con papel de lija.