A una semana de los atentados en Paris, la policía alemana, la belga, y la francesa son las que han declarado mayor cantidad de sospechosos detenidos, mientras el resto de Europa vive en estado de alerta extremo.

Las autoridades migratorias han sido advertidas también a exigencias complementarias, en tanto los servicios de Inteligencia temen que de los 3.000 europeos que se estima fueron a Siria y otros países de la zona, a entrenarse y luchar, puedan ahora volver decenas a cumplir con misiones de terrorismo en sus naciones de origen.

Fuentes reservadas, dijeron a la cadena CNN, que se estima hay al menos 20 “células durmientes”, en los países europeos, donde hasta 180 personas están en condiciones de atentar de manera inmediata contra instalaciones de todo tipo.

El caso de Bélgica es el más destacado por estas horas

La televisión pública de Bélgica ha presentado con detalles aspectos de los procedimientos llevados adelante por la policía nacional, en uno de los cuales, en la ciudad de Verviers, dos yihadistas resultaron muertos.

La versión oficial afirma que se trata de terroristas que habían regresado de Siria y que estaban planeando un ataque. “Se evitaron ataques terroristas de envergadura que estaban preparándose para cometerse de inmediato”, dijo el portavoz de la Fiscalía federal belga, Eric Van der Sypt, en declaraciones que recoge el diario local “De Standaard”.

El asalto de las fuerzas de seguridad en Verviers, en la frontera con Alemania, dejó también un detenido, de nacionalidad belga, del que se procuran obtener detalles de lo que planeaban. Los fallecidos eran también connacionales, e islamistas reconocidos, y venían siendo seguidos por la Policía, después que pasaran varias semanas en Siria.