“Si continúan dejando sola a Italia, nosotros no podremos hacer otra cosa que abrir las fronteras y los inmigrantes que llegan a nuestras costas no serán solo un problema nuestro, ya que muchos llegan con la intención de emigrar hacia los países nórdicos más ricos, Alemania en primer lugar”, alertó el primer ministro de Italia Matteo Renzi, que habla este miércoles ante el Parlamento Europeo. Italia que ocupa la presidencia de turno de la Unión Europa, y cuyo mandato concluye por estas horas, hace un balance de lo actuado, donde el problema de la inmigración está en un primer lugar.

El mismo Renzi había alertado que sin ayuda de los demás países Italia no puede por si sola enfrentar el problema que le ha costado hasta nueve millones de euros al mes. “Europa no puede salvar a los Estados y después dejar morir en el mar a madres con niños. Europa nos deja solos frente a la emergencia de la inmigración y no entiende que el Mediterráneo no es una frontera italiana sino europea”, alertaba el italiano que estimuló el cambio de planes (de la Operación Mare Nostrum a la Operación Tritón), pero que tampoco ha dado resultados.

Fracaso de la nueva operativa y aciagas perspectivas

Italia costeaba la operación Mare Nostrum que socorría los náufragos hasta 120 kilómetros de las costas del país, por la operación Tritón, que tiene prácticamente las mismas características pero limita el radio de protección a naufragios a 48 kilómetros.

Se creyó en un primer momento que la advertencia limitaría las partidas desde Libia y más recientemente desde Turquía, con emigrantes a bordo, pero el mayor peligro no amedrentó a los potenciales viajeros.

La oleada sigue afectando a Italia en primer término y la última alerta del ministro del interior, Angelino Alfano – “O Europa nos ayuda a controlar las fronteras, o haremos valer el principio de que el derecho de asilo reconocido por Italia se pueda ejercitar en toda Europa”- tampoco parece haber servido de mucho.