Franceses siguen bajo alerta máxima y apuntan al Servicio de Inteligencia por no evitar la tragedia

 

Lo interesante es que todos los yihadistas involucrados habían sido seguidos en algún momento por su vinculación a los grupos terroristas, e incluso uno de ellos había sido encarcelado.

Estados Unidos, los tenía en su lista de personas que no podían ingresar a territorio norteamericano por su vinculación con el terrorismo. Además Charlie Hebdo y sus editores habían sido amenazados tiempo atrás, como objetivos de Al-Qaeda por sus insistentes publicaciones.

Uno de los hermanos ahora muertos, había viajado a Yemen hace cuatro años donde no sólo recibió entrenamiento militar, sino que se entrevistó con Anwar al Awlaki, una de las cabezas conocidas del terrorismo islámico, muerto en un ataque contra Al Qaeda con drones estadounidenses en 2011.

 

El gobierno se excusa pero el pueblo exige algo más

“Los tres individuos habían sido controlados. Su situación judicial era transparente y no existían elementos que permitieran pensar en la inminencia de un atentado”, dijo a la prensa el ministro del Interior, Bernard Cazeneuve, para excusar a los Servicios de Inteligencia de su inoperancia.

Para el ministro la vigilancia cuesta mucho dinero al erario público, y consideró que los designados por el Gobierno, están actuando correctamente.

“La policía y la justicia desmantelaron centenares de grupos y contrariaron decenas de proyectos de atentados. Centenares de individuos son vigilados y decenas de personas encarceladas” explicó, detallando que hay hasta 30.000 agentes de todo tipo controlando a unos 5.000 sospechosos de tener vínculos con el terrorismo. El 85% de la vigilancia antiterrorista controla a los yihadistas, agregó.

Mientras tanto los franceses aparecen más atemorizados que nunca y la justificación oficial, parece no conformar a la mayoría, algo que se definirá seguramente la semana próxima, cuando las distintas encuestas entre la opinión pública sobre lo ocurrido, pauten la proyección de su incidencia en el sentir de los ciudadanos.