La Federación Internacional de Filatelia instauró el 7 de enero como Día Mundial, haciéndolo coincidir con la fecha de nacimiento de Heinrich Stephan, nacido ese día en 1831, organizador de sistema postal alemán y creador de la Unión Postal Universal (UPU).

Aunque pudiera parecer un dato histórico menor, la UPU logró en un esfuerzo descomunal para el siglo XIX establecer reglas internacionales para el tráfico de cartas y paquetes, estandarizando por primera vez los servicios en el mundo. Para finales de ese siglo todo el planeta, excepto China, respondían a las normativas que hicieron del correo el mayor servicio de intercambio de información humana durante décadas.

Convertidos por la modernidad en objetos de lujo

Si bien los  sellos postales continúan siendo el comprobante de pago previo de envíos efectuados por correo más acreditado el mundo, otras áreas que van de la filatelia como inversión millonaria, al “arte correo” la difusión de falsos sellos postales de todo tipo, han generado un mundo paralelo al objetivo principal de los habitualmente pequeños cuadrados de papel impresos.

El primer sello postal del mundo: el Penny Black de la Reina Victoria, fue obra de un profesor, el inglés Rowland Hill, que lo diseñó con el perfil de la Reina Victoria, la palabra Postage en la parte superior y en la inferior One Penny (1 penique), pero sin identificar el país de origen, en tanto entendió que el rostro de la reina Victoria bastaba para identificarlo.