INFORME

Torturas de la CIA no aportaron información para evitar el terrorismo y generaron un gasto de US$ 40 millones

Las técnicas de interrogatorio “reforzado” que la Agencia Central de Inteligencia (CIA) utilizó durante años contra presuntos terroristas, “nunca aportaron información que permitiera evitar una amenaza inminente”, y costaron al menos 40 millones de dólares según el informe del Comité Selecto de Inteligencia del Senado de los Estados Unidos.

“La CIA cometió actos de brutalidad contra sospechosos de terrorismo, y sus agentes engañaron a la Casa Blanca y al Congreso».

El documento del Comité es resultado de una investigación que demandó cinco años y que consta de unas 600 páginas.

En el informe se detalla la crueldad de las técnicas de tortura aplicadas a los detenidos. En ese marco, se informó que el personal médico de la agencia dio la “voz de alarma” porque el método del “waterboarding” (ahogamiento simulado) estuvo a punto de terminar con la vida de al Jalid Sheij Mohamed, considerado como “cerebro” de los atentados a las Torres Gemelas del 11 de setiembre.

Por otro lado, se indica que en ciertas ocasiones se llegó a privar del sueño hasta durante una semana a los detenidos. Asimismo, hubo casos de de “alimentación rectal” o “hidratación rectal”, técnica que el jefe de interrogatorios de la CIA describió como método para ejercer “el control total sobre el detenido”.

Sin embargo, se aseguró que los terroristas “nunca aportaron información que permitiera evitar una amenaza inminente” y que las torturas “fueron mucho menos eficaces de lo que la agencia ha indicado.

La senadora Dianne Feinstein, presidenta del Comité Selecto de Inteligencia, denunció que la CIA “intervino computadoras de dicha Comisión durante la elaboración del reporte.

Por lo cual dijo que se trató de una “violación de la separación de poderes”. En ese marco, expresó que la CIA gastó 40 millones de dólares e intervino en forma ilegal las computadoras del Senado para impedir la divulgación de un reporte de torturas, según informó El Universal.

La Comisión parlamentaria concluyó que “la CIA cometió actos de brutalidad contra sospechosos de terrorismo, y sus agentes engañaron a la Casa Blanca y al Congreso sobre el programa de los interrogatorios”.

Conclusiones

Las conclusiones a las que arribó el informe se refieren a que la utilización de técnicas agresivas de interrogatorio no fue una forma eficiente de adquirir información precisa u obtener la cooperación de detenidos.

La justificación por parte de la CIA de la utilización de estas técnicas agresivas de interrogatorio está basada en afirmaciones inexactas en cuanto a su eficacia.

Los interrogatorios de detenidos de la CIA fueron brutales y mucho peores de lo que la CIA había descrito a los legisladores.

Las condiciones de encarcelamiento de los detenidos de la CIA eran más duras de lo que la CIA había descrito a los legisladores.

La CIA brindó de forma repetida informaciones inexactas al departamento de Justicia, trabando la posibilidad de hacer un análisis jurídico correcto del Programa de Detención e Interrogatorio de la CIA.

La CIA evadió activamente o bloqueó el control por parte del Congreso de este programa.

La CIA bloqueó el control y el proceso de decisión de la Casa Blanca.

La puesta en práctica y la gestión de este programa por parte de la CIA complicó y en ocasiones bloqueó las tareas de seguridad nacional de otras agencias.

La CIA bloqueó la supervisión por parte de la Oficina del inspector general de la CIA.

La CIA coordinó la difusión de informaciones secretas a los medios, incluidas informaciones inexactas sobre la eficacia de las técnicas agresivas de interrogatorio.

La CIA no estaba preparada cuando inició el programa de detención e interrogatorios, más de seis meses después de haber sido autorizada a detener personas.

El programa de detención e interrogatorios estaba mal instrumentado y mal dirigido todo el tiempo, pero principalmente entre 2002 y a inicios de 2003.

Dos psicólogos externos concibieron las técnicas agresivas de interrogatorio de la CIA y jugaron un papel central en la puesta en práctica, estimación de la gestión (del) programa. (…) En 2005, la CIA había subcontratado la mayoría de las operaciones del programa.

Los detenidos de la CIA fueron sometidos a técnicas de interrogatorio coercitivas que no habían sido aprobadas por el departamento de Justicia o autorizadas por la dirección de la CIA.

La CIA no llevaba un registro completo o exacto de los individuos que detenía, y mantuvo personas que no cumplían los criterios para estar detenidos. Las afirmaciones de la CIA sobre el número de detenidos y de quienes fueron sometidos a sus técnicas agresivas de interrogatorio eran inexactas.

La CIA no logró evaluar correctamente la eficacia de sus interrogatorios agresivos.

La CIA raramente amonestó o responsabilizó a su personal por graves y significativas violaciones, actividades inapropiadas o errores en la gestión de personal en general.

La CIA dejó de lado o ignoró numerosas críticas internas y objeciones respecto a la puesta en práctica de la gestión del programa de detención e interrogatorios.

El programa de la CIA no era viable intrínsecamente y efectivamente terminó en 2006, luego de revelaciones en la prensa, una reducción de la cooperación de otros países, y preocupaciones de orden jurídico.

El programa de la CIA afectó la reputación de Estados Unidos en el mundo, y engendró costos adicionales importantes, de orden financiero y no financiero.

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